Mientras Jerome Powell, presidente de la Fed, analiza cuánto más debería subir las tasas de interés la Reserva Federal, la economía norteamericana da señales mixtas.
Por un lado, gracias al aumento de los precios del mercado de valores, el patrimonio neto de los hogares estadounidenses aumentó 2% en el cuarto trimestre de 2022, hasta los US$ 147 billones.
En el primer trimestre de 2022, la riqueza de los hogares alcanzó un récord de US$ 151,9 billones, pero se desplomó en más de 7 billones durante el segundo y el tercer trimestre por la agresiva campaña de incremento de tasas de la Fed, lo que llevó las acciones a un mercado bajista.
Por ejemplo, el índice de referencia S&P 500 cayó aproximadamente 25% durante los primeros nueve meses de 2022 antes de registrar una recuperación del 7% en el cuarto trimestre.
Sin embargo, en ese último período también se observó que el crecimiento del crédito se estaba desacelerando entre los hogares y las empresas ante el fuerte aumento de las tasas.
La deuda interna no financiera creció a una tasa anual del 3% en el cuarto trimestre, por debajo del 4,5% del trimestre anterior y del 8,8% del año anterior.
El crecimiento de la deuda de los hogares se desaceleró a una tasa anual del 2,3%, desde el 6,2% del tercer trimestre, mientras que el crecimiento de la deuda empresarial se redujo al 3,6%, desde el 4,3%.
A esto se suma que la caída en el valor de las propiedades a fines del año pasado fue la primera desde 2012.
Otra de las noticias negativas es que los despidos de empresas estadounidenses durante enero y febrero tocaron el nivel más alto desde 2009.
Particularmente, el sector tecnológico representó más de un tercio de los más de 180.000 recortes de empleos. Solo en febrero, los despidos ascendieron a 77.770, cinco veces más que los 15.245 anunciados un año antes.
En esta línea, el número de personas que presentaron nuevas solicitudes de beneficios por desempleo aumentó en 21.000 la semana que finalizó el 4 de marzo, siendo el mayor incremento en cinco meses.
De todas formas, las solicitudes de desempleo siguen siendo bajas en comparación con los estándares históricos: aunque aumentaron hasta las 211.000, se mantuvieron muy por debajo del nivel de 300.000, que está asociado con una recesión.
