Este martes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y los principales legisladores del país se reunieron en la Casa Blanca para intentar destrabar las negociaciones con el fin de elevar el techo de la deuda del gobierno.
En enero, la administración de Biden alcanzó el límite de endeudamiento de US$ 31,5 billones y, según Janet Yellen, secretaria del Tesoro, el gobierno podrá pagar sus cuentas hasta el próximo 1 de junio.
Sin embargo, la Cámara de Representantes, dominada por el Partido Republicano, le exige al líder demócrata que reduzca el gasto público si quiere que extender el límite de la deuda.
Junto a Biden estuvieron presentes en el Despacho Oval el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy; el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, el principal demócrata de la Cámara, Hakeem Jeffries: y el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Pero, tras más de una hora de reunión, se vieron pocos signos de suavizar sus posiciones. En este sentido, Biden calificó la reunión de "productiva" y aclaró que "todos en la reunión entendieron los riesgos del incumplimiento".
Pero, tras la reunión, McCarthy se mostró más duro y declaró que no vio "ningún movimiento nuevo" y criticó a Biden por acceder a las conversaciones recién cuando el tiempo está por agotarse. Justamente, la última vez que ambos se reunieron fue hace más de tres meses, el 1 de febrero.
"Esa no es una forma de gobernar y la Casa Blanca no tiene un plan B", agregó, aunque también reconoció que ambas partes acordaron que su personal se reúna esta semana, mientras que McConnell insistió con que no habría un aumento del techo de la deuda sin un recorte del gasto.
Este martes, los precios de las letras del Tesoro a corto plazo cayeron, ya que los inversores vendieron la deuda que podría vencer en el momento en que se alcance el límite de la deuda de Estados Unidos.
