Desde mediados de 2021, China arrastra una importante crisis inmobiliaria, la cual pasó a un segundo plano luego de que la política de “Covid-0” de Pekín impactara en la economía en general.
La mayoría de los expertos apunta a que la economía del gigante asiático se ha desacelerado como consecuencia de su política sanitaria. Sin embargo, muchos recuerdan que el problema viene desde antes.
Todo comenzó cuando el gigante inmobiliario Evergrande, con una deuda de más de US$ 300.000 millones, comunicó que podría incumplir con algunos de sus pagos, lo cual finalmente ocurrió en diciembre del año pasado, aunque desde ese momento intenta reestructurar su deuda.
En este sentido, ayer Evergrande informó que una de sus subsidiarias recibió la orden de pagar a un garante 7.300 millones de yuanes (US$ 1.080) por no cumplir con sus obligaciones de deuda.
En julio de 2021, el garante, que no fue nombrado en el comunicado, proporcionó una garantía para los préstamos de ciertas entidades controladas por Evergrande.
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Pero "como los prestatarios no pagaron los préstamos, el solicitante cumplió con sus obligaciones en virtud de la garantía y reclamó contra la subsidiaria", explicó Evergrande.
Según el fallo, “el garante tiene prioridad para recibir una compensación por la venta de las acciones y el alcance cubre el monto pagado por el solicitante (7.300 millones de yuanes)", agregó.
