Este domingo, México celebrará elecciones y, según la mayoría de los sondeos, todo parece estar definido: Claudia Sheinbaum, representante de oficialismo, parte con una amplia ventaja para convertirse en la primera mujer en ser presidenta del país de América del Norte.
Sin embargo, aunque Sheinbaum le saca una diferencia de entre 11 y 20 puntos a sus perseguidores, la gran incógnita es cuántas personas acudirán a las urnas, ya que las encuestas pueden variar significativamente en los resultados del día de las elecciones porque la participación es especialmente difícil de predecir.
Por el momento, únicamente Xóchitl Gálvez, una empresaria y senadora que representa una coalición de izquierda y derecha, tiene chances "reales" de disputarle la presidencia a Sheinbaum.
Gálvez se aferra a encuestas como las de Massive Caller, que realiza sondeos mediante un controvertido método de llamadas telefónicas automatizadas y ha mostrado que la contienda está mucho más reñida.
Pero, aunque las diferencias relativas en la participación pueden reducir el resultado final, la ventaja de dos dígitos de Sheinbaum parece casi indescontable.
Justamente, la propia Sheinbaum y su equipo se han referido con frecuencia a su ventaja en las encuestas durante la campaña.
Sin embargo, muchos analistas creen que esto podría ser contraproducente, ya que muchos de sus votantes podrían no asistir a las urnas si creen que su candidata ya tiene asegurado el triunfo.
Los encuestadores están divididos sobre si la participación general aumentará o disminuirá en comparación con 2018, cuando fue del 63 %.
