La crisis climática se ahonda y el mundo da señales de esto: según datos de los Centros Nacionales de Predicción Ambiental de Estados Unidos, el lunes 3 de julio fue el día más caluroso jamás registrado a nivel mundial.
La temperatura global promedio alcanzó los 17,01 grados Celsius (62,62 Fahrenheit), superando el récord de agosto de 2016 de 16,92 °C (62,46 °F).
En China, donde ya es verano, se están registrando temperaturas superiores a los 35 °C (95 °F), mientras que en el norte de África se enfrentan a temperaturas cercanas a los 50 °C (122 °F).
E incluso en la Antártida, en donde actualmente es invierno, se registraron temperaturas anormalmente altas: la base de investigación Vernadsky de Ucrania, en las islas Argentina del continente blanco, rompió recientemente su récord de temperatura de julio con 8,7 °C (47,6 °F).
"Desafortunadamente, promete ser solo el primero de una serie de nuevos récords establecidos este año, ya que el aumento de las emisiones de dióxido de carbono y los gases de efecto invernadero, junto con un creciente evento de El Niño, empujan las temperaturas a nuevos máximos", dijo Zeke Hausfather, investigador de Berkeley Earth.
Así, los defensores de la lucha contra el cambio climático tendrán un argumento más para mantener su postura de cara a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP 28), que se celebrará del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubái.
El objetivo es cumplir con el Acuerdo de París, que apunta a mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de los 2 grados centígrados.
