Continúa la polémica en torno a Mauricio Claver-Carone, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por un supuesto romance con una empleada de la institución.
Según una investigación privada, el funcionario norteamericano habría mantenido una relación amorosa con una subalterna, algo prohibido por la normativa del banco.
Ante esta situación, ayer el funcionario quedó al borde de la destitución cuando el Directorio Ejecutivo recomendó su salida y elevó el caso a la Junta de Gobernadores, que deberá tomar la decisión final.
Claver-Carone estuvo reunido el jueves por la mañana con 14 directores e hizo su descargo, pero parece que eso no fue suficiente y ahora su suerte está casi echada, ya que Estados Unidos y Brasil, los dos máximos accionistas del BID, estarían a favor de su destitución. El paso final es el voto de la Junta de Gobernadores.
En este sentido, junto con Argentina, que apoyaría la postura norteamericana y brasileña, los tres países tienen casi el 53% de poder de voto, más que suficiente para concretar la medida.
Hace un par de semanas, el ministro de Economía, Sergio Massa, acordó con el funcionario más financiamento para Argentina. La llegada de Massa a Economía fue clave para acercar posiciones con Claver-Carone, que nunca tuvo buena relación con el Gobierno de Alberto Fernández.
En un comunicado publicado el martes en el sitio web del BID, Claver-Carone comunicó que cooperó plenamente con la investigación y afirmó que “no corrobora las acusaciones falsas y anónimas que se hicieron contra mí”.
