Tras el avance de la extrema derecha en el Parlamento Europeo, mucho más significativo de lo que las encuestas pronosticaban, la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, comenzó a tratar de armar una coalición de gobierno.
Con los últimos resultados electorales, se puede dificultar la aprobación de nuevas leyes para responder a los desafíos de seguridad, el impacto del cambio climático o la competencia industrial de China y Estados Unidos.
Sin embargo, la buena noticia para Von der Leyen, la presidenta alemana del poderoso órgano ejecutivo de la UE, es que salió fortalecida de las elecciones, ya que su Partido Popular Europeo (PPE), de centroderecha, ganó escaños hasta los 189 diputados.
Para asegurarse otros cinco años como jefa del brazo ejecutivo de la UE, Von der Leyen necesita una "mayoría cualificada" de los 27 líderes de la Unión Europea y también una mayoría en el Parlamento Europeo de 720 escaños. En 2019 apenas logró superar esa votación con solo nueve votos más de los necesarios.
Según los principales partidos que respaldaron a Von der Leyen, entre ellos el PPE, socialistas y liberales, la dirigente contaría ahora con un total de 402 escaños en la cámara de 720 miembros.
Para muchos, esa es una mayoría demasiado ajustada, lo que seguramente la obligará a acercarse a los Verdes, que sufrieron fuertes pérdidas, y a la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, con quien ha trabajado estrechamente.
"He estado trabajando en la construcción de una amplia mayoría de fuerzas proeuropeas. Y es por eso que, a partir de mañana, nos acercaremos a las grandes familias políticas con las que hemos formado la plataforma", dijo Von der Leyen en Bruselas.
En este sentido, expresó que su objetivo es trabajar con aquellos que son "proeuropeos, proucranianos y pro-estado de derecho", descripción que cree que aplica a los Hermanos de Italia, de Meloni, pero no a otros partidos de extrema derecha.
Sin embargo, los socialistas, los liberales y los verdes han declarado que no colaborarán con la extrema derecha, por lo que habrá que observar cómo reaccionan a una posible alianza con Meloni.
¿Cuál es el panorama?
Según diversas estimaciones, los partidos nacionalistas, populistas y escépticos de la UE están en camino de ganar alrededor de una cuarta parte de los escaños en la asamblea de la UE. Y, como el PPE sigue siendo el grupo más grande en el Parlamento, las primeras proyecciones de escaños mostraron que si la centroizquierda, los liberales y los verdes votan por Von der Leyen, tendría más de la mayoría requerida de 361 votos.
Más allá de esto, aún no está claro cuántos diputados de su posible coalición podrían no votar por ella, aunque los líderes de sus partidos le den su apoyo.
En 2019, unos 100 eurodiputados de la coalición PPE, de centroizquierda y liberales no votaron por Von der Leyen, pero ella obtuvo los votos que necesitaba de los diputados polacos de derecha.
Por su parte, los grupos políticos nacionalistas y euroescépticos, así como la ultraderechista alemana AfD, obtendrían conjuntamente 22 diputados para un total de 149.
No obstante, sus ganancias podrían ser mucho mayores, dependiendo de cuántos de los 102 miembros ahora no afiliados decidan unirse formalmente a uno de los grupos parlamentarios euroescépticos.
Respecto a la nominación de los líderes europeos, Von der Leyen necesita la mayoría cualificada, es decir, 15 de los 27 líderes de la UE de países que juntos representan el 65 % de la población de la UE.
Los 13 países gobernados por el PPE, entre los cuales Polonia es el más grande, constituyen en conjunto solo el 26 % de los ciudadanos de la UE.
Esto significa que Von der Leyen también necesita el voto del presidente francés Emmanuel Macron, así como del canciller socialista alemán, Olaf Scholz, aunque no necesariamente de Meloni.
