Este lunes 15 de abril, Trump se convertirá en el primer expresidente en la historia de Estados Unidos que enfrentará un juicio penal.
Específicamente, Trump compadecerá ante una corte de Nueva York por encubrir un pago a una actriz de cine para adultos antes de las elecciones presidenciales de 2016 a cambio del silencio de la actriz sobre un presunto encuentro sexual que mantuvieron.
Sin embargo, pese a sus problemas legales, Trump continúan liderando en la mayoría de los sondeos y tiene chances reales de superar a Joe Biden en las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre.
Por eso, proyectando un posible regreso a la Casa Blanca, el líder republicano buscaría reducir drásticamente el poder de los reguladores financieros estadounidenses.
Tras la crisis económica de las hipotecas en 2008, la peor desde la Gran Depresión, el Congreso de EE.UU. amplió drásticamente la supervisión del gobierno sobre la industria financiera para evitar que se repitiera la crisis bancaria mundial.
No obstante, se espera que Trump redoble sus esfuerzos para reducir esas reformas si es elegido, así como también reduciría las protecciones para los pequeños inversores y prestatarios, y permitiría a las empresas recaudar dinero con menos control.
Aunque no hay una propuesta oficial, diversas fuentes dijeron que los equipos de Trump están proponiendo reescrituras regulatorias e identificando personal potencial para implementarlas.
Algunas de las ideas incluyen la restricción de la Ley Dodd-Frank, un conjunto de normas posteriores a la crisis financiera de 2008 destinadas a reducir el riesgo sistémico.
Además, facilitar que las empresas privadas obtengan capital, abriendo a su vez el acceso a fondos y valores privados menos transparentes y más difíciles de negociar.
Otras ideas de políticas más recientes incluyen atacar las inversiones y divulgaciones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), que ayudan a seleccionar a las empresas en función de factores socialmente conscientes.
También se implementarían posibles recortes dramáticos al personal de los reguladores a través de un mecanismo conocido como Anexo F, que reclasificaría hasta 50.000 funcionarios públicos de todo el gobierno como personas designadas políticas fácilmente reemplazables.
Si bien no ha presentado un plan de gobierno, Trump ha dicho repetidamente que quiere mucha menos regulación de la que existe ahora. Sin embargo, para lograrlo, primero deberá retornar al Despacho Oval.
