Pese a que Pedro Sánchez fue reelecto para un nuevo mandato, la polémica continúa en España por el acuerdo entre el PSOE y los separatistas catalanes.
Sánchez, que en las elecciones de julio terminó segundo, acordó una amnistía para quienes impulsaron la independencia de Cataluña en 2017 a cambio de los votos de Junts en el Parlamento.
Pero esta estrategia ha generado un gran malestar a lo largo de toda España: este fin de semana, más de 170.000 personas marcharon por Madrid, en la que fue la mayor protesta hasta el momento contra una ley de amnistía.
La manifestación, la última de una serie de protestas en ciudades de todo el país, tuvo lugar dos días después de la investidura de Sánchez.
Para la oposición, liderada por el Partido Popular y el Vox, cuatro asociaciones judiciales, y líderes empresariales, la ley amenaza el Estado de derecho y la separación de poderes.
A la marcha, organizada por grupos civiles, también asistieron Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, y Santiago Abascal, líder de Vox.
La amnistía cubrirá a unas 400 personas involucradas en el intento de independencia, incluidos separatistas, pero también policías involucrados en enfrentamientos con activistas.
Será la mayor en España desde 1977 por crímenes cometidos durante la dictadura de Francisco Franco y la primera ley de amnistía aprobada en la Unión Europea desde 1991, según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de España.
Según un sondeo de Metroscopia, realizado en septiembre, aproximadamente el 70% de los encuestados (el 59% de ellos, partidarios del socialismo) dijeron que estaban en contra de la idea de una amnistía.
