El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, sabe que la popularidad de Joe Biden está en caída libre y por ello no pierde ninguna oportunidad para criticarlo y sugerir que podría ser candidato para las elecciones presidenciales de 2024.
En las últimas semanas, el líder demócrata ha visto cómo el masivo apoyo con el que llegó al poder ha ido desapareciendo como consecuencia de una inflación récord, el estancamiento de la recuperación económica y la ineficacia de sus políticas para detener la guerra entre Ucrania y Rusia. La caótica salida de Afganistán, en 2021, también desgastó su imagen.
- Un sondeo de la firma encuestadora Morning Consult Political Intelligence (MCPI, por sus siglas en inglés) muestra que más del 50% de los estadounidenses desaprueba su gestión, mientras que tan solo el 42% aprueba su trabajo.
No quedan dudas de que el mandatario está herido, lo que representa una gran oportunidad para Trump, quizás una de las personas más capacitadas para aprovechar los momentos de debilidad de sus oponentes.
El sábado por la noche, en un rally en Carolina del Sur, el líder republicano arremetió contra su sucesor por la forma en la que está manejando la invasión rusa y se atribuyó el mérito de la resistencia ucraniana por la asistencia militar que él envió durante su administración.
Además, culpó a los demócratas de que “los estantes de las tiendas estén vacíos” y volvió a insistir con que ganó las elecciones de 2020: “Me presenté dos veces, gané dos veces y me fue mucho mejor la segunda vez”.
Sin embargo, el momento de mayor fervor se vivió cuando, de cara a las presidenciales de 2024, Trump sugirió que “es posible que tengamos que presentarnos nuevamente”. “En 2024 vamos a recuperar esa hermosa Casa Blanca (…) Me pregunto quién hará eso”, agregó.
Teniendo en cuenta que este año habrá elecciones de medio término en EE.UU., en las cuales los republicanos son amplios favoritos, por el momento las encuestadoras no están centrando su atención en un posible nuevo enfrentamiento “Biden vs. Trump”.
Sin embargo, el magnate republicano ya sabe que es el favorito para liderar su partido: los sondeos le dan una ventaja de 59% respecto al gobernador de Florida, Ron DeSantis, que viene bastante atrás, con 28%.
