La crisis de natalidad continúa en Italia, ya que los nacimientos se encaminan a un nuevo mínimo histórico este año.
Según datos de la oficina nacional de estadística ISTAT, entre enero y junio, hubo 3.500 nacimientos menos que en el mismo período de 2022.
En el conjunto de 2022, los nacimientos cayeron 1,7%, hasta 393.000, la decimocuarta caída consecutiva y la cifra más baja desde la unificación del país en 1861.
La primera ministra, Giorgia Meloni, destinó este mes alrededor de 1.000 millones de euros a medidas para abordar la crisis, impulsada en parte por las luchas de las mujeres italianas por combinar trabajo y maternidad, y considerada una emergencia nacional para la tercera economía más grande de la zona euro.
Para Italia, el principal problema es que, mientras que la población que se jubila va en ascenso, los jóvenes para ocupar los puestos de trabajo que quedan vacantes no son suficientes, lo que genera una caída de la productividad.
ISTAT menciona en su informe que, según los datos de enero a junio, es probable que la tasa de fertilidad en 2023 baje a 1,22 hijos por mujer desde 1,24 en 2022.
La noticia es más preocupante si se tiene en cuenta que la tasa se ve reforzada por los inmigrantes, ya que, entre las mujeres de nacionalidad italiana, la cifra se situó en solo 1,18 en 2022.
ISTAT también mostró que, en promedio, las mujeres en Italia tienen su primer hijo a los 31 años de edad, y que el año pasado el 41,5% de los bebés nacieron de mujeres solteras.
