El gobierno de Lula da Silva anunció que retomará la política de compra de productos agrícolas para constituir reservas públicas con la adquisición de 500.000 toneladas de maíz.
La noticia fue confirmada por el presidente de la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), Edegar Pretto, en un momento en que los precios de los cereales están por debajo del precio mínimo del gobierno en varios lugares debido a la recolección de una cosecha récord en Brasil.
En Mato Grosso, el mayor estado productor del país, las cotizaciones están entre 33 y 37 reales el saco de 60 kilos, inferior al precio mínimo del gobierno definido para el Estado de 43,26 reales.
Según Pretto, el gobierno destinará cerca de 350 millones de reales (US$ 72 millones) para llevar a cabo la operación y evaluará si existe la necesidad de hacer otra compra en el mercado.
Legalmente, el gobierno debe actuar para garantizar el precio mínimo pagado al productor. La Conab informó que utilizará el mecanismo de Adquisiciones del Gobierno Federal (AGF) para comprar maíz en esta primera operación.
En los últimos años, este tipo de prácticas había sido abandonada gracias al alza de los precios de los productos básicos, impulsada principalmente por la pandemia del coronavirus y la guerra en Ucrania.
En la historia reciente de Brasil, las existencias públicas de maíz alcanzaron los niveles más altos durante el segundo mandato del presidente Lula: entre 2009 y 2010, totalizaron más de 4 millones de toneladas, mientras que en la actualidad se encuentran en niveles prácticamente inexistentes.
La cosecha brasileña de maíz 2022/23 se estima en un récord de 125,7 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 11,1% respecto a la campaña anterior.
