La carrera presidencial en Brasil entra en su recta final y, cuando muchos creían que todo estaba definido, los nuevos sondeos demuestran que el mano a mano entre Jair Bolsonaro y Lula da Silva será mucho más parejo de lo que se esperaba.
Un dato a tener en cuenta es que, en la primera vuelta del próximo 2 de octubre, participarán más de 11 candidatos, pero solo Bolsonaro y Lula tienen chances reales de triunfar, ya que entre ambos tienen una intención de voto de más del 75%.
Sin embargo, pese a que el líder del Partido de los Trabajadores llegó a sacar una ventaja de más de 15 puntos, el actual mandatario ha achicado significativamente la diferencia: según una encuesta de CNT/MDA, Lula tendría una intención de voto del 42,3% frente al 34,1% de Bolsonaro, una diferencia de un poco más de ocho puntos porcentuales.
La remontada de Bolsonaro estaría relacionada con su nuevo “paquete de bondades”, un mega paquete de ayuda social de unos US$ 7.700 millones que buscará asistir a las familias más necesitadas para combatir la alta inflación.
Justamente, según el sondeo, las principales preocupaciones de los votantes eran los altos precios de los alimentos y los combustibles. Aquí, Bolsonaro habría hecho bien los deberes, ya que la inflación de Brasil en julio cayó 0,68%, mientras que en la primera quincena de agosto se redujo otro 0,73%.
Pero, más allá de esta situación, ni Bolsonaro ni Lula alcanzarían el 50,01% necesario para imponerse en la primera vuelta, por lo que todo se definiría en un balotaje en donde el candidato de izquierda partiría con ventaja.
Lula ganaría en la segunda vuelta con el 50,1% de los votos frente al 38,8% de Bolsonaro, una ventaja del 11,3%, aunque más estrecha que el 14% que tenía en mayo y por debajo de los 18 puntos de diciembre.
Según CNT/MDA, Lula lidera entre aquellos con ingresos de hasta dos salarios mínimos, con escolaridad hasta el noveno grado, católicos romanos y de la región más pobre del Noreste de Brasil.
Por su parte, Bolsonaro lo hace entre los votantes con ingresos superiores a dos salarios mínimos, con educación media o superior, evangélicos y de las regiones del Sur y Medio Oeste, así como de la Amazonía brasileña.
Bolsonaro viaja a la ONU
Ayer, en medio de su campaña presidencial, Bolsonaro confirmó que en septiembre viajará a la Asamblea General de las Naciones Unidas.
"Hoy hice la primera reunión para el discurso" en la ONU que será inaugurada el próximo 20 de septiembre en la sede del organismo en Nueva York, indicó el líder brasileño.
En este sentido, Bolsonaro recordó que, como es tradición, le corresponderá el primer discurso de la Asamblea General y anticipó que pretende "dar noticias para Brasil, desde allá para acá".
Además, dijo que contará con un tiempo de "quince minutos" para su discurso, aunque está "intentando pasarlo para veinte", algo que dependerá de los organizadores del evento.
Siguen las tensiones con Chile
El domingo, durante su debate con Lula, Bolsonaro subió las tensiones al comparar al líder del PT con el presidente chileno Gabriel Boric, al cual acusó de prender fuego el metro de su país durante el estallido social en octubre de 2019.
Desde la Cancillería del país trasandino condenaron los dichos de Bolsonaro, los cuales definieron como “absolutamente falsos” y confirmaron que llamaron a consultas al embajador brasileño Paulo Soares para que dé explicaciones sobre los dichos del mandatario.
Sin embargo, fiel a su estilo, y lejos de retractarse, Bolsonaro volvió a apuntar contra Boric y también criticó el proyecto de Constitución que se votará allí en un histórico plebiscito el próximo domingo.
"La Constituyente de Chile va en contra de lo que quiere cualquier país democrático. ¿Ese es su problema? Es su problema, pero el ciudadano allá tenía el apoyo de un tipo aquí en Brasil", dijo el brasileño, un gran crítico de la izquierda latinoamericana.
Además, se refirió a la convocatoria de Soares, lo cual para él es "una forma que tiene de mostrar su descontento conmigo. Exageré o no, no dejé de decir la verdad".
