En una medida de urgencia, la coalición gobernante de Alemania acordó recortar el gasto para superar un revés legal a sus planes presupuestarios.
Tal como pidió el ministro de Finanzas, Christian Lindner, un defensor del rigor presupuestario, Alemania restablecerá su límite sobre el nuevo endeudamiento neto en 2024 y cubrirá déficits de financiación por un valor total de 17.000 millones de euros, en gran medida con ahorros de costos.
Hace un mes, el Tribunal Constitucional anuló la reasignación de 60.000 millones de euros de deuda contraída (para afrontar la pandemia del coronavirus) que se hizo en 2022 a un Fondo para el Clima y la Transformación.
Por ello, para tapar el gran agujero fiscal, Berlín ha acordado reducir el gasto, aunque, teniendo en cuenta la política monetaria restrictiva que está aplicando el Banco Central Europeo para controlar la inflación, se corre un gran riesgo de que se prolongue una recesión en la locomotora de Europa.
En este sentido, el economista jefe del Commerzbank, Joerg Kraemer, consideró que "la consolidación equivale a poco menos del 1% del PIB. Esto podría frenar potencialmente el crecimiento económico hasta medio punto porcentual durante el próximo año".
De todas formas, el canciller Olaf Scholz insistió en que el gobierno aún lograría sus objetivos con menos dinero.
Entre los ahorros, Scholz dijo que el fondo destinado a ayudar a las empresas en su transición energética se reduciría en 12.000 millones de euros en 2024, y también se realizarían recortes de gastos en el presupuesto central.
Además, Lindner manifestó que la consolidación fiscal continuaría en 2024 y que el déficit presupuestario caería al 1,5% del PIB el próximo año desde el 2,5% que apunta para este año.
