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No quieren bonos en pesos que venzan después de las PASO

El mercado que abastece de pesos a Guzmán empieza a rechazar papeles que venzan luego de las PASO. Sólo aceptan CER o dollar linked.

Estamos en una situación que define perfectamente el "momento Wei Chi" (crisis en chino)
Estamos en una situación que define perfectamente el "momento Wei Chi" (crisis en chino) Wikipedia
Luis Varela 01 mayo de 2022

Luego de 68 días del ataque de Rusia a Ucrania; con muchas ciudades chinas confinadas por Covid y sumergiendo al Gigante Asiático en una peligrosa ralentización; con el titular de la Fed listo para empezar a retirar dólares del mercado y comenzar a subir la tasa de interés; y con un Gobierno argentino que sigue sin variar, acaba de concretarse para el mundo de las inversiones una semana durísima, que cerró un abril dramático. 

Estamos en una situación que define perfectamente el "momento Wei Chi" (crisis en chino), con dos ideogramas que significan dos movimientos si se quiere contrapuestos: riesgo y oportunidad.

Ante semejante temblor, los inversores medios del mundo eligieron cuidarse, realizando lo que vulgarmente se denomina "vuelo hacia la calidad". 

Y eso determinó que en el cierre de abril el dólar fuera la vedette internacional: millones de tenedores de fondos compraron bonos norteamericanos y con eso el billete verde estuvo muy firme en el mundo, y tuvo un pulso muy volátil que asustó en Argentina. 

A nivel global la semana pasada el dólar saltó 3,7% en Brasil, 2,4% contra el euro, 2,1% contra la libre, 1,7% contra el franco suizo y el peso chileno, 1,6% contra el yuan y 1% contra el yen.

El dólar en Argentina

En  Argentina, en cambio, tras el grueso salto de la mitad de abril, el Banco Central siguió sin cumplir una de las recomendaciones del FMI y continuó anclando al dólar. 

Mientras casi todas las consultoras calculan una inflación de abril entre 5,7% y 6%, el dólar mayorista subió 0,9% en la semana, 3,9% en el mes y 23,2% en doce meses, contra una inflación anual que ya está en el 58%, por lo que está 35 puntos atrasado, de ahí que el superávit comercial se esté cayendo como zapato de buzo. 

Sin embargo, para que la inflación no se espiralice, el BCRA chupó una cantidad gigante de pesos de los bancos (vía leliqs) y gastó otra montaña de reservas, con lo que consiguió bajar 1% los dólares MEP, CCL y blue, tras la suba del 14% que habían experimentado en los días anteriores.

La sensación de que el mundo va a un menor crecimiento económico, si no es estancamiento (o peor, recesión, como ya ocurre en Japón), los inversores mundiales se montan en el dólar por los bonos de la Fed que pagan 3% anual en plazos de cinco años o más. 

Y con una rara característica actual: los bonos más largos pagan menos que los más cortos...y en general, según antecedentes, cuando pasó eso, viene una recesión. 

De hecho, eso mismo pasó antes de cada una de las grandes crisis anteriores (hipotecas o punto com, entre otras), y con eso el consejo de los especialistas es bien claro: en este momento lo que manda es no aspirar a ganar sino a mantenerse; no estar apalancado, porque puede dar grandes ganancias pero también llevar a quiebres profundos.

En realidad, la suba en las tasas a 10 años ocurrió en todas partes, pero con una gran diferencia. Hubo algunos países que las subieron mucho: Argentina, 3 puntos; México, EE.UU., Italia y Hong Kong 1,1 punto y Australia, Canadá y Portugal, un punto. 

Mientras que más abajo hubo algunos países que lo hicieron de manera más moderada: la tasa larga de Suiza subió 0,6 punto, la de Gran Bretaña 0,5 y la de la India 0,4. Mientras que Japón, sumido en una recesión desde hace ocho meses, la mantuvo absolutamente sin cambios, en 0,2% anual, yenes regalados, para todos, a ver si con eso las cosas arrancan.

Tasas para arriba

Arriba de todo, los que más prometen pagar tasas a 10 años más altas son tres países latinoamericanos: Argentina promete un imposible 32% anual (impagable), Brasil 12,3% y México 9,1%. 

  • En realidad, todos los bonos, incluso los privados de empresas sólidas, de buena calidad, están pagando tasas a 10 años más altas. Esto modifica completamente el armado de carteras: los inversores conservadores ahora consiguen bonos que rinden 6% o 7% anual que son bastante seguros (papeles que hasta hace unos meses pagaban entre 2 y 3%).

Con semejante temblor financiero internacional, el FMI le pide a la actual Argentina de alta inflación realizar tareas al filo de la cornisa: acelerar la devaluación del tipo de cambio mayorista, subir la tasa de interés a nivel positivo y trabar más las importaciones (justo cuando el Presidente asegura que "todas las empresas que necesitan insumos tendrán los dólares necesarios"). 

Corralones y autopartistas, que suelen tener stocks de varios meses, mantienen ahora mercadería para apenas diez días, lo cual pone en incógnita la reposición y acelera la suba de los precios.

Pero con esa espada de Damocles sobre sus cabezas, que puede mandar al país al default (y dejar a las provincias sin créditos del Banco Mundial, del BID y de otros organismos), Martín Guzmán y Miguel A. Pesce siguen con la misma política. Siguen anclando al dólar (el crawling peg avanza más rápido pero muy lejos de la suba de los precios), traban cada vez más operaciones y entregan bonos, más platita, con paritarias que ya se firman arriba del 70%, con revisiones trimestrales, entrando en una peligrosa zona de indexación automática. 

Los pasos del Central

Pesce parece Fillol en 1978. Traba todo, usa Leliq y reservas, ajusta más el cepo (pidiéndole a la UIF que vigile compras por el equivalente a más de un celular, US$ 600), todo con un mercado que se achica cada vez más. 

Solo por tomar un indicador, puede decirse que por día hubo negocios con acciones y Cedears por $5.007 millones por rueda en febrero, $4.940 millones en marzo y $ 3.787 millones en abril. Y sin embargo el vaciamiento de reservas sigue: la semana pasada se perdieron US$ 860 millones, se llevan perdidos US$ 1.316 millones desde que el FMI nos dio un poco de oxígeno para que no colapsemos y, atención, en lo que va de este año a la autoridad monetaria se le fueron US$ 3.804 millones.

De ahí que los bonos argentinos siguen sin reacción. El riesgo, país que estaba a 1.689 puntos a mitad de mes, terminó abril a 1.801 puntos básicos. Frente a esto, sin desparpajo, los analistas dicen en cien streamings: "Hay que entender que los titulos públicos no se movieron ni con acuerdo del FMI, ni con crawling mas rápido. Están clavados en US$ 30. El que compra un bono argentino en dólares sabe que nunca lo va a cobrar en tiempo y forma. Hasta que Argentina no achique el rojo fiscal nada cambiará. Si no lo hace, se irá a una reestructuración de deuda, que puede venir con quita de capital". 

Los bonos en pesos

Y mientras eso pasa con los bonos en dólares, con los bonos en pesos está pasando algo quizás peor. Guzman sigue tomando deuda en pesos sin parar y ya no logra recaudar para cubrir vencimientos. Utiliza a fondos de inversión y creadores de mercado, "que tiene encorsetados y vigilados, con control policíaco, si no ponen los pesos pueden recibir más vigilancia y perder licencias para operar". 

Hasta marzo conseguía los pesos que necesitaba porque ofrecía bonos CER o dollar linked, pero ahora el FMI no se lo permite y ofrece bonos con sobretasa de 14 puntos, y con vencimientos que le caen al Gobierno que suceda a Alberto, "y para el mercado esto no alcanza, temen que una devaluación macro deje a la deuda en pesos colgada de un pincel".

Recordando a fuego el reperfilamiento que hizo Mauricio Macri, los inversores van entrando en una dimensión de mucha más desconfianza. No hay tanto problema con la deuda dolar linked, pero si con la deuda a tasa o la deuda CER, por si quieren arreglar todo con una gran devaluación o con un cambio monetario. "Saben que todo lo que se ganó o se ganará en semanas, se puede borrar en minutos. Y el cambio de Gobierno, sea cual fuere el que gane, puede marca una gran diferencia".

Ya lo dijo Horacio Rodríguez Larreta en el Llao Llao al hablar ante los empresarios top: "Si soy elegido Presidente aplicaré una política de shock de entrada, con medidas fiscales, monetarias, laborales y tributarias". Y si gana JxC, el Congreso podrá apoyar lo que sea porque contará con los legisladores necesarios. 

Todo esto, dificulta aquí y ahora el financiamiento corto del Gobierno de Alberto, porque nadie quiere tomar papeles en pesos que se deban pagar después de diciembre de 2023. Para peor, desde agosto de este año, sin cosecha por cobrar, va a haber gran desafío para conseguir pesos cortos, "lo que puede hacer inminente un reperfilamiento o una devaluación; nadie sabe qué pasará, y eso representa un gran problema". 

O sea, el financiamiento de dólares se acabó, y el mercado local no quiere bonos en pesos que venzan después de las PASO o de las presidenciales, y eso hace que los senderos de Guzmán se bifurquen por completo.

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