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Inversores con un ojo en el G7 y otro en las Letes del martes

Por la pelea entre China y Estados Unidos, los mercados sufren, Argentina en particular. Por eso, la semana pasada hubo otra caída en acciones y en bonos, con el debutante Lacunza frenando al dólar, con tasas altísimas y pérdida de reservas. El martes habrá un test con las Letes.

26 agosto de 2019

Por Luis Varela 

La tensión económica mundial, con foco en la pelea entre chinos y norteamericanos, está generando una fase de ralentización en la economía global. Por eso, caen los niveles de actividad y las cotizaciones de los productos esenciales empiezan a enfrentar declives con grandes efectos secundarios sobre las inversiones.

El petróleo, que había subido hasta US$ 64 en abril, cede y se ubica debajo de US$ 55. El cobre, que había superado los US$ 7.000 hace algunos meses, cayó hasta la zona de los US$ 5.600. La soja, que se había elevado hasta US$ 430 dólares un par de temporadas, ahora se arrastra cada vez más cerca de los US$ 300 dólares. Y se conforma un tablero mundial de commodities que desconcierta a los que viven de la producción.

La creciente tensión hace que las familias busquen todo tipo de refugio para resguardar sus capitales. Por eso hubo una sobre- compra de dólares en los últimos meses, hasta el punto que la relación del billete verde contra el resto de las monedas subió de manera explosiva. Y dentro de eso, hubo algunas monedas que incluso fueron más elegidas que el dólar mismo. En la última semana, por ejemplo, el dólar subió 2,9% en Brasil, 1,8% en Chile y 0,7% contra el yuan, pero bajó 0,4% contra el franco suizo, 0,5% contra el euro, 0,9% contra el yen y 1,2% contra la libra.

Lo notable del caso es que, en medio de la campaña electoral, habiendo perdido con amplitud en las primarias, el presidente Macri estrenó ministro de Economía (entró Hernán Lacunza se fue Nicolás Dujovne) y le ordenó que su tarea principal, hasta la elección del 27 de octubre, es detener el dólar como sea. Y a lo largo de la semana pasada Lacunza cumplió con el cometido: el dólar bajó 1,4% en Argentina, tanto que el peso argentino, la semana pasada, fue la moneda mundial que ganó más valor: el precio del billete bajó de $ 58,12 a $ 57,31. Eso ocurrió después de una devaluación de proporciones: tras la PASO el dólar mayorista subió 22,2%, de $ 45 a $ 55, después de que la población erigió a Alberto Fernández como probable nuevo presidente argentino a partir del 10 de diciembre.

De manera crítica, el freno que impuso Lacunza fue con un costo que castigará aún más a la economía argentina. Subió de 58% a 75% anual la tasa de las Leliq (interés que le paga el BCRA a los bancos, para que estos suban las tasas de interés que las entidades les pagan a los inversores). Y como resultado, los plazos fijos subieron de 48% a 58% anual, con picos del 62% para grandes capitales.

Y lo más problemático del caso es que, en línea con eso, el Banco Central perdió reservas, por venta de divisas en el mercado contado y en el mercado de futuros, pero también porque hay depositantes que retiran sus dólares de los bancos locales. Así, después de que hubiera casi US$ 77.500 millones de reservas en el BCRA gracias a un programa de préstamos del FMI, el último número indica que quedan US$ 58.259 millones. O sea, en cuatro meses se fueron más de US$ 19.000 millones, con un préstamo de US$ 5.000 millones del FMI en el medio.

Y es tan grande el susto de los inversores que casi nadie quiere tener pesos o papeles argentinos, ni acciones ni bonos. La semana pasada los bonos cayeron otro 7% y la pérdida de valor de los títulos públicos argentinos es gigantesca: cayeron 28% desde que se conoció el resultado de las PASO y los precios actuales son como los que tenía Cristina Kirchner en 2014, cuando tuvo que aplicar el corralito y mentir con el Indec porque su política había fracasado.

Y, por encima del desastre que ocurrió con los bonos, el desplome de la Bolsa de Buenos Aires es histórico. La semana pasada hubo pérdida de valor en las bolsas de muchos países. Tokio subió 1,4%, México ganó 1,3% y Frankfurt avanzó 0,4%, pero Madrid achicó 0,2%, Wall Street perdió 1,5%, San Pablo cayó 2,1% y Santiago de Chile descendió 3,1%. Pero la Bolsa de Buenos Aires de desplomó 12,6% en pesos (11,3% en dólares). El impacto de las PASO hizo caer a las acciones argentinas 54% en dólares, un quebranto pocas veces visto en un lapso tan corto.

Y como siempre ocurre en momentos de temor de los inversores, la reacción inicial es buscar posiciones refugio. En Argentina muchos ahorristas sacan su dinero de los bancos, los colocan en cajas fuertes o los envían al exterior. Y en el mundo muchos inversores se posicionan en diferentes alternativas: esta semana por ejemplo, el bitcoin y las criptomonedas subieron 5%, mientras que los precios de las onzas de oro y plata saltaron 3%, a sus máximos valores en años.

Evidentemente, la situación es problemática. En el exterior, nadie puede asegurar si la sangre llegará al río: habrá que seguir con atención lo que surja del G7, de Vladimir Putin y de Xi Jinping. Y a nivel local la ventaja sacada por Fernández y por Axel Kicillof es tan grande que difícilmente pueda haber una sorpresa en la elección del 27 de octubre, aunque nadie sabe. Habrá que ir transitando esta etapa con exámenes decisivos.

Por todo eso, a partir de hoy el foco de los inversores locales debe estar ubicado en dos miras. De manera lateral, deberá estar mirando de reojo lo que pase con la reunión de G7 y sus impactos. Y de manera central tendrá que darle seguimiento a las reuniones de la misión del Fondo Monetario Internacional que visita Argentina: ya se reunió con Lacunza y ahora lo hará con representantes de la oposición (Guillermo Nielsen y Cecilia Todesca). Ahí se verá si el financiamiento sigue, si habrá reprogramación de la deuda con el FMI, y qué secuela podrá quedar para los bonos.

Pero el primer semáforo que se presenta es a partir de mañana la licitación de Letras del Tesoro. Debido a las dificultades de los últimos llamados, con ofertas para los papeles con vencimiento corto (anteriores al 27 de octubre) pero con propuestas de dinero nulas para los vencimientos posteriores al 10 de diciembre, Lacunza realizará hoy un llamado por Letes ciertamente moderado. En la licitación de mañana se colocaran Letes, con vencimiento al 4 de octubre es decir a 35 días de plazo, y otros títulos similares con vencimiento 17 de enero próximo, a 140 días de plazo. Y también se colocarán Lecap con vencimiento 4 de octubre próximo a 35 días de plazo. La recepción de ofertas comenzará mañana a las 10 de la mañana y terminará el miércoles a las 3 de la tarde. La diferencia de ofertas y de tasas entre ambas posiciones será un gran indicador para empezar a comprender qué puede pasar en el futuro. En el último llamado, realizado dos días después del golpe dado por las PASO, el Gobierno pagó 7,18% anual por letras a 105 días, con vencimiento al 29 de noviembre próximo.

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