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Arrancó como una fiesta y terminó con preocupación

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Luis Varela 14 julio de 2020

Por Luis Varela

Después del largo feriado que tuvimos los argentinos, los precios de todo, acciones, bonos, monedas, commodities, criptos, etcétera se movieron ayer de mayor a menor, con un arranque eufórico y un cierre que mostraba a los más veloces saliendo a gran velocidad.

Este tipo de movimientos, muy intuitivos, se mueven como si el inversor fuera el chofer de un auto, en el que ve por delante la vacuna y los remedios para acabar con el maldito virus, pero en los espejos retrovisores, acercándose como si fuera un camión con doble acoplado, están llegando los balances, con los números de la economía real, que mostrarán ciertamente cómo están las cosas.

Si el conductor mira para adelante, se imagina la aparición de elementos para terminar con el Covid-19, la rápida salida de la población, la recuperación veloz de la actividad, con sectores como la construcción y el comercio que resucitarán de la noche a la mañana.

Pero si el mismo conductor mira por los espejos, ve que empiezan a llegar los estados contables del segundo trimestre de este año, con el coronavirus castigando fuerte la actividad de todo el planeta, y con muchas empresas que fueron beneficiadas por el aislamiento y otras que fueron absolutamente destruidas.

Estos beneficios y perjuicios de la pandemia generaron una distorsión de proporciones en el mundo especulativo. Hasta el viernes pasado las empresas tecnológicas del Nasdaq de Nueva York acumulaban subas del 20% y las industriales de Dow Jones de ese mismo mercado se caían 10%. Tanta diferencia no podía existir, algo era burbuja y algo era depresión.

Y ayer llegó el primer balance de la empresa centenaria que siempre es la primera en mostrar sus números. Pepsi, una empresa que fue beneficiada por el virus, ya que la gente en casa siguió consumiendo alimentos y bebidas, anunció que su ganancia neta cayó casi 20%. “Si a Pepsi, que pertenece a un sector beneficiado le fue así, imaginate el resto”, repitieron los operadores.

Pero el movimiento que terminó de cambiar de dirección ayer los negocios fue una decisión del hábil empresario chino de 56 años Jack Ma, fundador y presidente del mega consorcio oriental de internet Alibaba, que decidió bajarse: inició la venta de acciones de su propia empresa por unos US$ 8.500 millones.

El viernes el Nadaq había terminado en 10.617 puntos y abrió con la vacuna que terminará con el virus y en una gran euforia llegó a 10.820 puntos poco antes del mediodía. Pero llegó Pepsi y después se supo lo de Alíbaba y sucedió lo obvio: hubo gran corrida hacia el cierre y el Nasdaq finalizó el día con un derrumbe del 2,13%.

De repente, como si se hubieran enterado de golpe, los inversores recapacitaron y se dieron cuenta de que una empresa nueva como Zoom vale 90 veces sus ventas y que Microsoft vale 11 veces sus ventas. Y que Tesla subió hasta el infinito, vale lo que Ford, Chevrolet y Volkswagen juntas, y vende el 2% de lo que despachan las gigantes automotrices tradicionales.

Y lo más riesgoso del caso es que a partir de hoy empiezan a llegar los balances de empresas que no fueron beneficiadas por el virus. Y puede llegar un balance de un banco con números ciertamente preocupantes. Y, anticipándose a eso, desde la reserva Federal anunciaron, no usaremos una manguera para regar con dólares, usaremos un bazuca si es necesario. O sea, no habrá dólares a tasa 0% por dos años, sino que andarán volando por ahí, al viento.

Por supuesto, todo este juego está ligado al daño del Covid, pero también a once años consecutivos de aumentos de precios sin parar. La Bolsa de Nueva York estaba en las nubes, y necesitaba una excusa para achicarse. Y el sube y baja, como el juego del “yo yo” continuará, de la mano de las vacunas, y del “seguimos vivos” que llegará en algún momento.

Ahora bien, toda esa situación que se vive en los mercados del mundo, es bien diferente en Argentina. Nuestro escenario ya tiene un mercado quebrado, en el fondo de un pozo, y al que nadie quiere financiar. El ministro Guzmán hizo una nueva oferta hace una semana y los bonistas acreedores ley NY no dieron ninguna respuesta. Y los días se acortan, ya que si el 30 de julio no se pagan los bonos Par y Discount del canje de 2005 se reabrirán causas judiciales que por ahora están bien cerradas.

Por el mutismo de los acreedores, no extrañó que ayer los bonos estuvieran mixtos y que el riesgo país volviera a subir apenas hasta 2.321 puntos. Y lo que no anduvo tan mal fue la Bolsa porteña, porque está en una posición completamente diferente a lo que pasa en Nueva York: allá los papeles están muy caros, y en Argentina regalados.

Mucha de esa diferencia hay en muchos países. Y los inversores se acercan o se alejan de sus posiciones nacionales. Por eso ayer el dólar estuvo mixto en el mundo. En el exterior, el dólar subió 1,5% en Brasil, 1,1% en México, 0,5% contra la libra y 0,3% contra el yen, pero no cambió contra el franco suizo y el yuan y bajó 0,3% contra el chileno y el euro.

Pero en Argentina la huida del peso permanece. Este miércoles será un día complicado, con el Indec dando la inflación de junio y con el juez de Vicentín intentando avanzar con los acreedores, con Santa Fe y Alberto mirando el tema con sumo interés.

Acá la sucesión de cepos sigue. Desde media noche ya no se podrá comprar dólares con criptomonedas. Pero se abrirán otros canales, porque la gente no quiere pesos. Tanto es así que ayer subieron los 6 dólares de Alberto. El dólar turista subió 37 centavos hasta $97,49, el dólar oficial subió 28 centavos hasta $74,99. El dólar blue no cambió: sigue en $127 y el dólar mayorista subió 30 centavos hasta $71,24. El Banco Central ganó US$ 30 millones en las reservas que ahora llegan hasta US$ 43.277 millones. El dólar MEP saltó 75 centavos hasta $109,73. El contado con liquidación saltó $2,61 hasta $111,73. Y la brecha fue del 69% entre el dólar oficial y el dólar blue y el del 57% entre el CCL y el mayorista. Pero atención, medidas en pesos, la libra saltó $1,02 hasta 89,39, el euro salto 45 centavos hasta 80,77 y el real bajó 9 centavos hasta 13,17.

Guzmán llama a canjear deuda en dólares local antes del viernes, y los bonos ayer estuvieron con menos negocios, con precios planos, esperando la movida de Black Rock y el avance o fracaso del canje. Y mientras Wall Street tuvo al Dow quieto, con el S&P y el Nasdaq en claro descenso, Brasil y México cedieron. Pero el Merval logró subir 1%. Si el canje se hace, las endeudadas con ON en dólares seguirán vivas.

Y con el dólar, el yen y el euro devaluándose en bloque, las commodities siguen machando, mirando el virus y la vacuna. Ayer al petróleo le tocó bajar, los metales preciosos siguieron muy firmes y entre los granos, el trigo voló, los metales básicos siguen recuperando y las criptomonedas se ensombrecen: ven venir el gigante chino, que las puede dejar sin coronita.

***

Tesla se acerca a los US$ 300.000 M

La acción de Tesla está volando. Ayer llegó a tocar U$S 1,794 por papel a media rueda. Contexto: arrancó 2020 debajo de US$ 500 y hoy es la terminal automotriz más valiosa del mundo, por lejos. Sin embargo, el papel terminó bajando poco más de 3% ayer y se metió debajo de US$ 1.500. Según CNBC, podría indicar un techo de corto plazo para la empresa de vehículos eléctricos. Sin embargo, su CEO, Elon Musk, tiene alimento para su ego (y su bolsillo). El papel de su compañía creció 275% en 2020 y su “net worth” superó los US$ 70.000 millones: según Bloomberg, eso permitió desplazar a Warren Buffet, nada más y nada menos. Hay más: el “market cap” (que se acerca hoy a los US$ 300.000 millones) del último semestre móvil se está acercando a US$ 150.000 millones. “Una vez que se alcanza el umbral, se desbloquearía 1,69 millones de opciones sobre acciones para Musk, que podría vender las mismas y obtener una ganancia de $ 2.400 millones”, dijo Business Insider.

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