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Tras el triunfo de Trump, el Gobierno busca reacomodarse

10 noviembre de 2016

Primero fue sorpresa. La que compartía con tantos otros pares en el mundo. Luego, todavía atravesado por ese estado, cierto estupor. Y, enseguida, la respuesta formal, diplomática, esperada. El saludo, con felicitaciones al venceder, y el deseo de trabajar en conjunto. En su programa y en su discurso, el gobierno del presidente Mauricio Macri apostó fuertemente a la contuidad demócrata, desde un principio, con gestos concretos. Como dato esperable, casi natural. De la recepción estusiasta a Barack Obama, en marzo pasado, a la visita de Macri al Clinton Global Initiative, antes de su discurso en la ONU. De las sucesivas declaraciones de la canciller Susana Malcorra, incluso horas antes de la votación, al impulso para ingresar como miembro observador a la Alianza del Pacífico, con la venia de Obama.

La victoria de Donald Trump en las elecciones del martes en Estados Unidos llevaron a Macri y el gobierno de Cambiemos a iniciar un rápido ejercicio de recálculo para minimizar posibles impactos negativos. Y a revisar diagnósticos y escenarios. La incertidumbre global respecto de qué tipo de gobierno sería el del magnate republicano y el hecho de que la apuesta por Hillary Clinton, su contrincante demócrata, era bastante extendida, juega como atenuante. Pero descoloca de todos modos al Gobierno en su estretagia de “vuelta al mundo” y de situarse como productivamente diferente de los gobiernos anteriores. La orden de Macri a Malcorra, aseguran en la Casa Rosada, fue precisa: “tender puentes de comunicación” con Trump, a quien Macri ya conoce personalmente y con quien tuvo más de un contacto.

“Nuestra mayor preocupación es asegurarnos que haya una transición en la agenda lo más rápida y corta posible para continuar con la enorme cantidad de temas que tenemos en común con la administración de (Barack) Obama, y sentarnos con el equipo que Trump defina, para ver qué ajustes ven ellos”, señaló ayer Malcorra, a cargo de la tarea de evitar que la relación entre ambos países esté atravesada por cierta frialdad inicial. Qué sucederá de aquí en más, por ejemplo, con las negociaciones (ya avanzadas) para acceder formalmente al Sistema General de Preferencias de la potencial del Norte es algo todavía sin respuesta. Aunque en el Gobierno son optimistas al respecto.

Apuesta

Los gestos en favor de la candidatura democráta Hillary habían sido concretos y hasta presenciales. En la reunión anual de la Clinton Global Initiative, en una de sus visitas a Nueva York, en ocasión de su presentación ante la ONU, el presidente Macri le dijo a su anfitrión, Bill Clinton, que lo esperaba en Buenos Aires como primer caballero durante la reunión del G20, prevista en Buenos Aires para 2018. Y tiempo antes, en una entrevista con el sitio Buzzfeed, había dicho que prefería a Hillary porque lo consideraba a Donald Trump como un “levanta muros”.

La buena sintonía que había establecido con el gobierno de Obama, y con la administración demócrata en general, sumaba puntos para apostar a esa continuidad. Que no disminuyeron con la incertidumbre en el tramo final de la campaña ni con la paridad en las últimas encuestas, que puso a Trump con posibilidades. En septiembre pasado, Malcorra había considerado que el candidato republicano a la Casa Blanca reflejaba un “proceso de cierre y xenofobia muy riesgoso”. Y el lunes mismo, horas antes de las elecciones, volvió a reafirmarlo: “Desde que asumió este Gobierno, la relación con Estados Unidos entró en una nueva etapa y creemos que si gana (Donald) Trump podemos entrar en un parate. Si mañana se vota por un modelo cerrado y xenófobo eso puede generar un efecto dominó en otros países. Nuestra vocación pasa por impulsar las aperturas y los intercambios”.

Reajuste

La embajada de Estados Unidos en Argentina hizo su aporte. “Todo cambio de administración traerá naturalmente consigo nuevos desafíos y nuevas oportunidades”, señaló en un comunicado oficial. Y afirmó que “continuará fortaleciendo la relación con la Argentina e incrementando la conexión en todos los niveles”. Desde la embajada argentina en Estados Unidos, en tanto, analizaron los posibles impactos. Martín Lousteau, a cargo de la representación, sostuvo que “para nuestro país, es bastante limitado el impacto” de la victoria de Trump porque “Argentina es el país que más lejos está de Estados Unidos, no comparte una frontera, no tiene ciudadanos que estén emigrando y no tiene un tratado de libre comercio”. No obstante, Loustau, quien también había mostrado simpatías por Hillary, agregó: “Seguramente vamos a tener a un Estados Unidos que dará marcha atrás con algunas cosas y con otras en las que estaba dispuesto a avanzar (Barack) Obama, no va a avanzar. Será un mundo menos multilateralista, menos movilizado por los valores y mucho más pragmático”.

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