Alejandro Bestani es empresario pyme y, a la vez, presidente del Movimiento Nacional Pyme (Monapy). Según asegura en su perfil de X, el universo pyme puede "generar 2 millones de empleos reales en un año". Parte de sus ideas las volcó en el libro "Argentina potencial". Y también, en este extenso diálogo con El Economista, en el que analiza los primeros meses del gobierno de Javier Milei y los desafíos de las pymes.
-¿Cómo es la relación entre el Gobierno y las empresas Pyme?
Bueno, la verdad es que es bastante complejo el análisis, pero a priori te digo que para este este gobierno lo importante es la macroeconomía, la micro se arregla después. Y ya ahí te está dando una afirmación clara de cómo entiendo que la ven ellos. Nosotros, hasta ahora las pymes, hasta este momento desde que empezó el gobierno, son más que nada elementos pasivos de la ecuación donde todas las medidas que tomó Luis Caputo impactaron terriblemente en las pymes: son cautivos y pasivos de ese plan. Las medidas impactaron brutalmente en los costos y después en la caída del consumo. Desde ese punto de vista, las pymes están sufriendo mucho. Yo creo que son la gran variable de ajuste. Por supuesto cada parte con el poder adquisitivo de la gente, el consumo, etc. Pero, por otro lado, nosotros somos el sector privado que, en teoría, este gobierno viene a reivindicar, en una dicotomía Estado-sector privado. En el discurso del gobierno, este es el sector privado que venía a generar la riqueza, pero con condiciones más custodiadas. Hoy está muy golpeado por estas primeras medidas de ajuste y corrección de la economía. Esto es una realidad, lamentablemente, de casi todos los sectores. Algunos dicen que en el sector de la industria del conocimiento están un poco mejor, pero me queda un poco lejos y no creo que sea mucho mejor que otros sectores. En general, sólo entre el 4% y el 6% exportan, por ende, dependemos del mercado interno y por ende del poder adquisitivo. Al haberse pulverizado el poder adquisitivo de la gente, el poder de consumo del mercado, nos afecta muchísimo. Esa es la situación en donde estamos hoy.
-Ante este panorama, ¿dónde están los desafíos de MONAPY?
Esta mirada que yo te hago es profundamente apartidaria. El movimiento está atravesado por todas las ideas políticas, estoy seguro que muchísima gente votó este gobierno como mucha otra votó la otra opción. Y todos, cuando ya había ganado este signo político, todos teníamos y tenemos muchísima expectativa en la famosa frase "vamos a reducir los impuestos", que para nosotros es una carga. Entonces hay una expectativa, de "bueno, los costos van a bajar en algún momento". Lo que pasa es que hoy la carrera es entre la caída del nivel de actividad y esa recuperación, entre la supervivencia y la recuperación. La disyuntiva es: ¿llegás a ese momento en que se logra estabilizar ese gasto y pueden bajar los impuestos? ¿Llegas vivo? Porque las condiciones son durísimas en la caída del consumo, pensá que acá no solamente cayó brutalmente el consumo, te subieron además los costos, y en muchos casos bajaron los precios para tratar de cortar la curva de oferta y demanda. Entonces se te cae la venta en un contexto de márgenes también destrozados. Ahora sí, lo nuestro siempre es propositivo. Estamos buscando a distintos interlocutores del gobierno, tenemos mucho acceso al área de pymes con Marcos Ayerra, que siempre ha sido muy considerado, trata de darnos respuestas dentro de limitaciones de este plan. Tenemos interlocución, soluciones no, pero interlocuciones dentro de las que se pueden ir preparando soluciones. Sí ha habido reacciones desde esas mismas secretarias de Estado, desde secretaria de Industria. Hemos logrado después de varios reclamos que se suspendieran los embargos, que se bajaran las tasas de financiamiento de la AFIP, conseguimos algunas cosas vinculadas con el comercio internacional. Pequeñas cosas, no son cambios que cambian la ecuación del negocio. Pero por lo menos lo que estamos pidiendo son medidas paliativas para sobrevivir en este desierto hasta que la cosa empiece a estabilizarse. Más en estas condiciones. Porque en realidad lo que nosotros proponemos más a fondo es la Ley Integral de Pymes, con retoques muy importantes de las variables de costos y de evolución de las pymes.
-Está instalado que las pymes están en boca de todo, pero en manos de nadie. ¿Cómo ves al sector pyme desde el punto de vista de la representación de sus intereses?
Yo creo que el lobby no es ilegítimo, la gente tiene que defender sus intereses, no es ilegítimo que las grandes lo hagan. Lo que hay es disparidad de poder. El tema es que la pyme no tiene poder para hacer esas cosas y no veo un lobby centralizado del sector. Si lo hay, no lo veo eficiente ni efectivo. Todas las empresas que están en el segmento pyme, que incluye empresas de todos los tamaños, vienen padeciendo los mismos problemas hace 30 años. Entonces yo digo, si hay un lobby, yo no lo veo. Los problemas, que los conocemos de memoria, no cambiaron ninguno. Entonces si hay un lobby, no ha tenido ningún resultado. Entonces yo digo que no hay.
-¿De qué factores depende entonces la competitividad de las Pymes?
Te voy a dar una respuesta muy compleja pero que es completa. De la manera que estamos instrumentados, definitivamente depende de las organizaciones que tienen más representatividad. Lo natural es que el empresario pyme no tiene tiempo. Es tan agresivo el entorno donde se desarrolla, que no tiene tiempo. Yo tengo varios años en el ruedo, y en una época trabajé en el rubro de comercio exterior donde desarrollé una muy buena relación con empresarios pymes en Europa, y yo veía que ellos tenían tiempo: los acompañé en ferias, a reuniones de cámaras, y hay tiempo, no tienen tantos problemas ni frentes abiertos. Entonces tienen tiempo de ir a sus cámaras y descargar los problemas, las cámaras procesen los problemas y pueden ver el planteo ante funcionarios y no se tergiverse, frene o por alguna razón no salga. Hay tiempo y acá no hay: es todo problema. Desde financiamiento, los mil impuestos que tenés que pagar, la falta de abastecimiento, la importación, es infinito. Entonces no hay tiempo, pero también considero que hay una falla importante del Estado. No hay una mirada estratégica del Estado hace 4 o 5 décadas, no es este gobierno ni es el anterior, es lo mismo. Todos hablan de la pyme porque garpa, pero nadie hace. El tema de hacer en las pymes es resolver problemas de desempleo, como en ningún otro sector, porque es el que genera empleo. En todos los gobiernos, hay cantidad de declaraciones de enormes líneas de financiamiento para las pymes. El año pasado, cerca de US$ 10.000 millones. Todo financiamiento para un universo que te genera US$ 170.000 millones en el PIB, o sea que por cada peso que facturamos, el financiamiento que teníamos era de 4 centavos, esto es nada. Este fue el máximo de la historia de una línea que nosotros llevamos de 12 años, que pasó por varios gobiernos.
-¿Debe haber una política de Estado específica para las Pymes?
Si el Estado no toma la iniciativa con las pymes, mientras Argentina no vea que acá tiene que haber una Agencia Nacional Pyme, va a ser muy difícil. Las pymes tienen saldos a favor de impuestos que no pueden cobrar, que no pueden compensar, los saldos a favor no se actualizan y las deudas se actualizan con tasas asesinas. Todo una injusticia que las va matando. Las Pymes son también responsabilidad del Estado, que debería formar esa gran cámara de pyme.
-Sin embargo, es sabido que muchas de las partidas quedan sub ejecutadas.
Eso es parte de lo que te estaba diciendo. Que vos digas "hay US$ 50.000 millones para las pymes" y que después no hagas nada para que les lleguen, que no presiones al sistema, es un problema. Porque el gobierno no llega a las pymes. Comunicación es lo primero que hacen porque lo sacan en todos los diarios, y lo hacen todos por igual. El problema es de gestión. Vos tenes que hablar con el canal y seguir al canal y decir "esto tiene que llegar a las pymes". Entonces el sistema financiero es un filtro enorme, y se ha movido a sus anchas muy cómodamente y no ha tenido presión del Estado, tampoco han manejado la arbitrariedad de requisitos del sistema financiero. Entonces las pymes no tenían forma de llegar con todos los requisitos que solicitan. Es tan agresivo el contexto que lo primero que buscas es sostenerte, después empezas a competir, a crecer o innovar. Pero es difícil cuando el ataque es constante. Cuando dependes del financiamiento, dependes 100% de tu cliente porque no tenes colchón, dependes de la AFIP, la carta documento que te llega cada 5 minutos, de la burocracia, del contador que te llama todos los días porque alguna respuesta hay que dar, la carga de impuestos es enorme.
