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Revival morenista, mercados piden más tasa, CCL precalienta y la caja fiscal para la segunda ola

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Alejandro Radonjic 20 abril de 2021

Por Alejandro Radonjic

El dato de inflación de marzo (4,8%) sigue generando debate entre los economistas. Pero, sobre todo, lo que más se discute es la reacción del Gobierno, que vuelve a recostarse sobre los controles y la intervención. Un revival morenista.

“Son las respuestas de siempre: si sube el precio de x, hay que controlar el precio x, a quienes producen x, a las exportaciones de x y si es posible aplicar retenciones a x. Una vez Milton Friedman dijo que los economistas sabemos poco, pero lo que sí sabemos es crear escasez poniendo controles. Esto es lo que viene en la economía de este mismo año y los subsiguientes”, dijo LCG en un informe.

“No estamos yendo a Venezuela, estamos yendo a Argentina, pero del pasado, esa que comenzó en el 2007 donde los organigramas corrían de abajo hacia arriba y que era manejada con improvisación y sin datos. El problema es este nuevo punto de partida. Esta vez la economía no soportará otro ciclo de estancamiento sin un deterioro social importante”, advirtieron desde la consultora que lidera Guido Lorenzo.

El (tibio) esbozo fiscalista de Martín Guzmán y el acuerdo de precios y salarios, juntando a empresas, sindicatos y el Estado en una misma mesa, parecen haber quedado en el menú del pasado. La estrategia antiinflacionaria del Gobierno parece recostarse sobre los controles, que incluyen el dólar oficial.

Pero, eventualmente, el dólar deberá recuperar lo perdido. Algo similar ocurre con los “regulados”. En marzo, la variación anual del segmento regulado fue de 22,5%, es decir, se encuentra 20 puntos por debajo del nivel general. El atraso cambiario desalienta las exportaciones mientras que pisar regulados desincentiva la inversión privada y fuerza al Tesoro a gastar de más vía subsidios. Además, es más inflación a futuro.

Alerta en Finanzas

La suba de la inflación empieza a complicar un mercado que venía funcionando relativamente bien: el mercado local de deuda en pesos. Si bien el financiamiento del mes de marzo fue positivo (108% sobre el total vencido), la primera licitación del mes de abril fue del orden del 50%, “lo que implicaría una emisión cercana a $37.000 millones para financiar el gasto remanente, algo que no era una necesidad hasta este mes”, dijo Invecq. “Aún quedan dos licitaciones para este mes (el miércoles y 28 de abril), en las cuales el Gobierno puede dar vuelta este resultado, pero para ello deberá ofrecer condiciones más atractivas: subir la tasa de interés”, agregó la consultora.

La tasa de interés real en marzo alcanzó su menor nivel desde septiembre de 2018, en plena crisis cambiaria. La tasa de interés hacia los ahorristas presentó una caída real de 1,8% mensual, lo que se traduce en una baja de 21,2% anual y cumple su octavo mes consecutivo en terreno negativo. “Si bien el Gobierno apuesta a financiarse a través de instrumentos ligados a la inflación (CER) es posible que la suba de tasas sea una alternativa que el Banco Central tenga en cuenta para hacer atractiva la masa de pesos volcados en la economía. Es cierto que, mediante el cepo cambiario y la inflación elevada, la demanda transaccional de dinero aumenta y eso beneficia que este escenario se mantenga, aunque genere innumerables distorsiones en otros frentes”, agregaron.

“Ya sea por menores ingresos, por mayores erogaciones o por bajo rollover, las renovadas necesidades de financiamiento podrían encender una alarma. En 2020, más de $2 billones del BCRA colaboraron para cerrar el déficit fiscal. Además de la esterilización y del bajo nivel de monetización heredado, el gran aliado para que ese desborde monetario no derramara en mayor inflación fue el aumento de la demanda de pesos por razones precautorias. Esto fomentó un mayor deseo de los argentinos por tener pesos, y hoy ese nivel 14% es superior al promedio de 50 años y 23% superior al umbral prepandemia. Ante una segunda ola de Covid-19 y en un año electoral, esta situación difícilmente se repita debido al mayor conocimiento y aprendizaje de la población y a la incertidumbre en torno a los comicios”, dijeron desde GMA Capital.

En lo que va de 2021, el rollover alcanza 102%. Sin embargo, si el Tesoro apunta a cumplir con lo plasmado en el Presupuesto (renovación total de vencimiento y financiamiento del 40% del déficit fiscal), el rollover hasta fin de año debería ser de 128%”, agregaron.

Y, además, pandemia

Habrá que monitorear, por otro lado, el impacto de la segunda ola sobre el “gasto Covid” y la recaudación de AFIP tras un primer bimestre manso.

La dinámica es vertiginosa y la demanda de gasto público en Argentina, como ya se sabe, tiende al infinito. Ayer, el Presidente anunció un bono de $6.500 mensuales para casi 740.000 trabajadores de la salud. Durará 3 meses y costará casi $15.000 millones. La lista va creciendo?

Una mayor emisión podría calentar a los paralelos. En rigor, dice Delphos, ya se observó una suba en los últimos tiempos del CCL desde los $140 hasta los $151 reflejando en parte esta mayor necesidad de emisión monetaria, que podría llegar a los $ 1,4 billón (3,4% del PIB) en 2021. “Es clave que el Tesoro pueda mantener una buena performance en sus licitaciones para minimizar la emisión monetaria, que pasa factura en los precios con una demora de 10 a 12 meses”, señalaron. Ayer, el CCL terminó en $152,44, y sube casi 9% en 20 días.

Quedan dos licitaciones del Tesoro: una mañana (no hay vencimientos) y otra el miércoles 28, cuando vencen $ 116.000 millones entre una Lede y una Lepase.

Por cierto, esa emisión puede tener impactos inflacionarios hacia adelante. “El proceso inflacionario dura un embarazo: emitís pesos hoy, precios suben a los 9 meses. La inflación del verano-otoño 2021 se gestó en la emisión del otoño-invierno de 2020 (cuando el Gobierno había descubierto la maquinita de la felicidad: 'la emisión no genera inflación')”, dijo Hernán Lacunza en Twitter.

https://twitter.com/hernanlacunza/status/1382790939639431171

Más precios

El miércoles, además, se conocerá el dato de la inflación mayorista, el índice de costo de la construcción y el costo de la canasta básica alimentaria y total. Respecto a la inflación mayorista, “proyectamos una suba cercana al 4,5% mensual, algo por debajo de los registros de enero y febrero (5,9% mensual promedio), pero todavía alta y fundada en la tracción que ejerce el aumento de los precios internacionales, y los productos importados, aun en un contexto de lento ajuste del tipo de cambio oficial y posiblemente fundados en expectativas de depreciación no ancladas”, dijeron desde LCG.

En cuanto al Índice de Costo de la Construcción (ICC), dijeron, “prevemos un aumento en torno al 3,5% en marzo, a partir de la menor incidencia de los incrementos de mano de obra (mientras que) el costo de los materiales y gastos generales mantendrían la dinámica previa (5,6% y 4,1%, respectivamente)”.

Asumiendo que la Canasta Básica Alimentaria sufrió un aumento similar al rubro “alimentos y bebidas no alcohólicas” del IPC (+4,6%), “una familia tipo de 4 integrantes debería haber contado con ingresos mínimos por $ 25.700 para eludir la indigencia”, dijo LCG. En ese contexto, dijeron, “estimamos que la Canasta Básica Total ascendió a $ 60.600 en marzo”. Un escenario muy difícil: inflación desbocada y nuevas restricciones que, si bien son menores a las de 2020, no serán neutrales para la actividad económica, sobre todo en los segmentos informales.

La inflación general, en tanto, sigue navegando en la zona de 4% mensual en abril y complica el plan de recuperación del salario real. El número final del mes puede llegar a ser algo menor que 4,8%. Ningún mérito.

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