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Radiografía del empleo

Si la población de Argentina fueran 100 personas, 55 son económicamente inactivos, 41 están ocupadas y 4 están desempleadas

07 agosto de 2017

Por David Miazzo Economista jefe de FADA    

Si la población de Argentina fueran 100 personas, 55 son económicamente inactivos: amas de casa, jubilados, niños y estudiantes, principalmente. Las otras 45 personas son económicamente activas. De esas 45, 4 son desempleados y 41 están ocupadas.

De las 41 personas ocupadas, 4 son autónomos y monotributistas, 14 son trabajadores informales (asalariados y cuentapropistas), 15 son asalariados formales y 8 son empleados públicos. Así, casi la mitad de las personas que trabajan en el sector privado, lo hacen en condiciones de informalidad, y los empleos públicos representan 1 de cada 5 trabajadores.

Nivel de inactividad. 41 personas de cada 100 trabajan. Cuanto menor es la cantidad de población que trabaja y produce bienes y servicios, menor es la riqueza que un país puede generar. En el caso de Argentina, por cada persona que trabaja hay casi una persona y media que no lo hace, sumando desempleados e inactivos. En parte, esto explica los altos niveles de presión fiscal, ya que se debe grabar los ingresos, gastos y riqueza de una persona para poder brindarle los bienes y servicios básicos a esa persona y a una persona y media más.

Informalidad. A la información anterior, se adiciona el hecho de que de esas 41 personas que trabajan sólo 26 lo hacen en condiciones de formalidad. Es decir, 1 de cada 4 habitantes de Argentina aportan al sistema de salud y al sistema previsional, y esa situación hace que estos servicios sean de reducida cobertura y, si cubren a más personas de las que aportan genuinamente, el sistema pierde sustentabilidad. En estos datos, también reside parte de la causa de los altos costos laborales en Argentina, ya que una parte menor de la población, tanto trabajador como empleador, deben soportar el costeo de los sistemas de salud y previsional. Sin embargo, además de estos efectos económicos, el impacto más grande se da en la calidad de vida de los trabajadores informales y sus familias, con menor nivel de estabilidad laboral, acceso a la salud, previsión para el futuro y dificultades para actualizar las remuneraciones en ambientes inflacionarios.

Empleo público. 3.490.056 personas trabajan en el sector público nacional, provincial o municipal (MTEySS: 2017). Esto es, 1 de cada 5 personas que trabaja, es empleado público. En el sector público nacional, que contiene empresas y bancos públicos, trabajan 21% de los empleados públicos. Los niveles provinciales son los que más empleo público concentran, con 66% del mismo. Mientras que los municipios representan el 13%, aunque este es el número más complicado de estimar por la falta de datos. Es lógico que las provincias tengan el mayor número de empleados públicos ya que son las encargadas de brindar salud, educación, seguridad y Justicia. A pesar de que también existen fuerzas nacionales de seguridad y defensa, así como justicia federal y la educación universitaria es mayormente nacional y pública. El hecho de que exista mucho empleo público no es malo por definición. Sólo es malo cuando no se cumplen dos condiciones necesarias: sustentabilidad y calidad de los servicios públicos. Si el nivel de empleo público no es sustentable desde el punto de vista económico, genera presión fiscal excesiva, emisión monetaria para financiar el gasto, elevado nivel de endeudamiento, o todos al mismo tiempo como en Argentina. Cuando esto sucede, el gasto se torna insostenible complicando la economía e incluso impidiendo la creación de empleo en el sector privado. Esto es fácil de ver, muchos impuestos, inflación y tasas de interés altas. La segunda condición es la calidad de los servicios públicos. Altos niveles de gasto público y empleo público están fundamentados cuando el Estado brinda una adecuada provisión de bienes y servicios públicos: seguridad, salud, educación y Justicia, entre otros. El problema radica cuando se tienen altos niveles de gasto público, empleo público y presión fiscal, pero los servicios y bienes que provee el Estado no son de calidad. Todo el que puede envía sus hijos a una escuela privada, se atiende en la medicina privada y tiene alguna forma de seguridad privada.

Género y edad. Se registra un alto porcentaje de mujeres inactivas y desempleadas en comparación con hombres. Los varones activos son el 69,6% y, en cambio, en las mujeres esta cifra baja al 46% en la población desde 14 años. En cuanto a los niveles de desempleo, el 8,5% delos hombres en actividad están desocupados, mientras que en las mujeres aumenta al 10,2% de desempleadas, siguiendo dentro del universo de las mujeres económicamente activas. En los jóvenes se incrementa el problema del desempleo, entre los hombres menores de 29 años, el desempleo llega al 17,2%, mientras que en los hombres de 30 a 64 años es del 5,1%. Entre las mujeres menores de 29 años es de 20,1%, mientras que en las mujeres entre 30 y 64 es de 6,9%.

Conclusiones Bajo nivel de actividad (45,5%), alto nivel de empleo público (8%), alta informalidad (13,8%), alto desempleo (4,2%), alto desempleo juvenil (triple de los mayores de 30), mayor desempleo en mujeres jóvenes y bajo nivel de actividad de mujeres y mujeres jóvenes.

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