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Pymes: cómo favorecer la continuidad en contextos volátiles

Se advierte una mayor conciencia respecto de la necesidad de profesionalizar la empresa. Un líder fuerte o carismático ayuda, pero hace falta más.

Las empresas que sí revisan sus KPI regularmente tienen el doble de posibilidades de alcanzar sus objetivos.
Las empresas que sí revisan sus KPI regularmente tienen el doble de posibilidades de alcanzar sus objetivos. .
Alejandro Capillo 31 mayo de 2024

Geckoboard fue la institución encargada de desarrollar un sondeo que dio en la tecla. Casi la mitad de los dueños de empresas medianas y pequeñas no lograron identificar ningún Key Performance Indicator (KPI, por sus siglas en inglés). 

Lo llamativo es que, según los resultados de la encuesta, las empresas que sí revisan sus KPI regularmente tienen el doble de posibilidades de alcanzar sus objetivos. La brecha con las grandes empresas es notoria ya que los indicadores de gestión son parte de su ADN. ¿Por qué ese hábito no se traduce en las pymes? Y ¿cuál es el sentido de implementarlos?

Lo cierto es que teniendo bien definidas las variables a controlar y los valores que esperamos de las mismas, las métricas tienen sentido para verificar si estamos yendo en el camino correcto, para identificar causas, para motivar y premiar responsables (o para reacomodar procesos o coordinadores), para entender con qué recursos cuenta la firma en vistas de plantear planes de acción.

  • Aún así, como es sabido, en la práctica la intuición tiene un rol protagónico para detectar oportunidades, para anticiparse a los movimientos de mercado, para percibir cuál es el humor organizacional, entre otros atributos que  a partir de la experiencia e información de los directivos.

Ahora bien, sin la métrica no podremos confirmar nada de lo anterior, difícilmente ejecutar y saber qué y cómo se logran los resultados, o bien corregir el rumbo, apaciguar la marcha, y luego acelerar. Podemos afirmar, en consecuencia, que ambos elementos no son excluyentes; intuición y métricas son complementarios, en tanto que las proporciones variarán mucho como factor de éxito según el mercado y actividad de la organización.

En un contexto donde el tiempo directivo es uno de los recursos más escasos, los indicadores claves nos permiten concentrar nuestra atención y energía justamente en lo importante. El proceso para identificar los mismos es además una excelente manera de entender el negocio, de ver las relaciones causa efecto y de monitorear prácticamente en tiempo real el curso de las operaciones.

Estén dispuestos o no, para los empresarios pyme contar con indicadores es una necesidad a la que hay que adaptarse: es mejor ser proactivos que reactivos, y enfrentar el riesgo de no llegar a tiempo para sobrevivir en entornos cada vez más competitivos y cíclicos.

Se advierte cada vez más una mayor conciencia respecto de la necesidad de profesionalizar la empresa. Una fuerte personalidad, un líder carismático puede ser positivo para determinadas situaciones, pero con sólo atributos relacionados con la impronta personal no alcanza si lo que se pretende es alcanzar un desarrollo sostenible. 

  • En función de promover un cambio que implique mayor niveles de profesionalización y continuidad, la convicción del o de los  dueños o de la máxima dirección  y el compromiso y energía que pongan en ello será el puntapié inicial y el factor clave en todo el proceso.

Es fundamental avanzar por etapas, acordar metas posibles  y no generar expectativas exageradas que lleven a la frustración y al fracaso.

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