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Presión tributaria récord y su impacto distributivo

El peso de los impuestos con relación al PIB creció 10 puntos en la última década

16 enero de 2015

(Columna de Eliana Scialabba, economista y docente)

La recaudación tributaria de 2014 “rompió” la barrera del billón de pesos. Según se desprende de la información de la AFIP, durante el año pasado el Fisco recaudó un billón 169 mil millones, 36,2% más que en 2013. A la par del aumento de los ingresos del Tesoro, también se incrementó la presión tributaria, debido a que la tasa a la que creció recaudación fue superior a la que se expandió el PIB nominal. De esta manera, durante los últimos diez años se ha observado en nuestro país un fuerte aumento del porcentaje del ingreso que se destina a financiar al Fisco: en 2004 representaba el 18% del PIB, mientras que “cerró” 2014 casi en el 27%, una expansión de 10 puntos porcentuales, considerando solo impuestos nacionales.

El incremento de la presión tributaria de la última década se debió principalmente al alza de la participación de la seguridad social, la cual pasó de representar 2,4% del PIB a 6,8% (+4,5 puntos del PIB), entre 2004 y 2014.

Durante el primer año del período analizado los recursos de la seguridad social ascendían al 12,9% de los ingresos tributarios, mientras que para el último año alcanzaron el 25,4%, aumentando su peso relativo 12,6%. Es decir que cada 4 pesos recaudados, 1 proviene de la seguridad social.

En tanto, los impuestos pasaron de 13,5% a 17,4% del PIB en el mismo período, aumentando su participación en el producto en cuatro puntos. El mayor incremento se verificó en Ganancias, el cual pasó de 4,2% a 6,1% (+2% del PIB), seguido por IVA que en 2004 representaba el 5,8% del PIB y en 2014 alcanzó los 7,6 puntos.

Considerando la participación de los impuestos en la recaudación total, se observa que la misma descendió 8,5% en detrimento del incremento de la seguridad social, pasando de 73,3% a 64,8%. No obstante, el peso relativo de Ganancias tuvo una leves suba de 0,2% (aumentó de 22,6% a 22,8%), mientras que el IVA descendió del 31,5% en 2004 a 28,3% en 2014. Esto indica que durante 2014 por cada 10 pesos recaudados, más de 2 correspondieron a Ganancias y casi 3 a IVA: más de la mitad de la recaudación provino de estos dos impuestos.

Por último, los impuestos al comercio exterior se mantuvieron casi sin cambios respecto del ingreso. Durante los diez años analizados, la participación en el PIB pasó de 2,5 puntos a 2,6. En tanto, en el total de la recaudación perdió 4 puntos porcentuales, pasando de 12,9% de los recursos fiscales a 9,8%: menos de 1 peso cada 10 recaudados corresponden a aranceles y retenciones. Por tanto, analizando el desagregado se observa que el aumento de la presión tributaria no ha sido igual para todos los actores económicos, lo que ha dado lugar a una fuerte disputa entre los distintos agentes y el Gobierno.

En este sentido cabe destacar el conflicto entre el Ejecutivo con aquellos que operan en el mercado externo, debido a las retenciones y aranceles que tienen que pagar para comercializar sus productos. Se observa que si bien la presión tributaria es importante, los derechos de exportación, principal eje de la disputa, sobre todo con el sector agrícola, no es tan significativo como porcentaje del PIB y tampoco han tenido un alza significativa, sino todo lo contrario, ya que presentan una tendencia declinante a partir de 2008, año en el que alcanzó el máximo de 3,5% del producto.

En el extremo opuesto se verifica, tal como se mencionó, una fuerte suba de en la participación en el PIB del IVA y Ganancias. En el caso de este último, la expansión se explica por el aumento en la recaudación debido tanto al incremento en la base imponible por suba de los ingresos, como por el alza en la cantidad de asalariados que comenzaron a tributar, debido a la “desactualización” del mínimo no imponible. No obstante, éste continúa siendo un impuesto progresivo, es decir que grava a los agentes según el nivel de ingreso.

En tanto, el caso del IVA es el impuesto más distorsivo y regresivo para la economía, y el más significativo, tanto en términos de recaudación nominal como en su peso relativo en el PIB. La regresividad del mismo se explica porque la alícuota fija aplica de igual manera para to- dos los niveles de ingreso, siéndolos agentes de menores recursos los que terminan soportando una mayor carga impositiva.

Por tanto, al analizar la dinámica de la presión tributaria y su impacto sobre los agentes económicos es necesario realizar un estudio desagregado para medir los efectos diferenciados sobre los actores de distintos niveles de ingreso. Durante los últimos años, el país ha transformado su sistema tributario en uno basa- do en impuestos regresivos y distorsivos que afectan la carga tributaria sobre las personas y la competitividad de las empresas.

En este contexto es necesario no sólo modificar el impuesto a las Ganancias, tal como plantean varios candidatos presidenciales, sino que la reforma tributaria debe ser más profunda, de carácter integral, con medidas fiscales y monetarias que transformen al sistema en progresivo, apuntando de esta manera a mejorar la distribución del ingreso.

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