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Por “efecto Trump” caen acuerdos de información con EE.UU.

10 noviembre de 2016

por Leandro Gabin

El sorpresivo triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos ya tiene su impacto en Argentina. En lo inmediato, en el blanqueo de capitales que lanzó el Gobierno. Decían ayer en el mercado financiero que ya empezaron a recibir muchas preguntas de los clientes (potenciales blanqueadores) con respecto al “efecto Trump”.

Por lo pronto, el wait and see hará que no muchos se animen a mover sus fichas hasta que el gobernante electo muestre sus cartas. Lo que será una obviedad, y de hecho trascendió que incluso desde el Gobierno le dieron el acta de defunción, es al plan de intercambio de información bilateral entre Argentina y EE.UU. que estaban negociando. En un contexto de continuidad de color político, era esperable que se siguiera avanzando si ganaba Hillary Clinton. Ahora, cualquier negociación que se quiera hacer volverá a foja cero. Y habrá que ver la voluntad de Trump para pasar información de argentinos con cuentas en su país sin demasiados beneficios a la vista.

Este dato no es menor ya que el Gobierno está en la etapa de recaudar vía los “bienes registrables” que van desde inmuebles a inversiones y depósitos. Para el ahorrista argentino que no declaró su patrimonio en EE.UU., el triunfo del republicano podría ser una buena excusa para no entrar al sinceramiento fiscal. “Esa carta ya no existe. Ya no le van a poder decir que mejor entren porque EE.UU. va a dar la lista de los argentinos...Si antes era una hipótesis razonable ahora ya no existe esa posibilidad”, explicaba un gerente de una compañía importante de la city porteña.

Hace poco más de un mes, en Washington estuvieron funcionarios de la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Finanzas y la AFIP con expertos tributarios del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para avanzar en futuros acuerdos de doble imposición e intercambio automático de información tributaria. Antes, Alfonso Prat-Gay había acordado con el Secretario del Tesoro de EE.UU., Jack Lew, los lineamientos generales. Según trascendió, en las negociaciones entre Prat- Gay y Lew se había llegado a un acuerdo que le hubiera permitido al Gobierno acceder a la lista de los argentinos con cuentas e inmuebles en EE.UU. Por eso, la AFIP salió a hablar de que tenía todo listo para salir a cazar a los infractores fiscales.

El Gobierno utilizó estas declaraciones de los funcionarios estadounidenses como incentivo para que el argentino que sigue sin declarar su patrimonio en EE.UU. acepte la invitación oficial. De hecho, el Gobierno montó una sutil campaña del miedo hacia quienes no blanquearon su situación al decir que “esta es la última oportunidad” y que más adelante “será mucho más costoso”. También utilizaron los acuerdos con la OCDE que, en realidad, adhieren países no relevantes para el movimiento de dinero no declarado. De hecho, EE.UU. no está ni estará nunca en esos acuerdos grupales. El país que gobernará Trump tiene acuerdos bilaterales y, según cuentan los que saben, muestran resultados poco relevantes. “EE.UU. no le da información a un país por un perejil que tiene inversiones no declaradas. Si hay una causa judicial relevante, o temas de narcotráfico y terrorismo, claramente sí. Pero el inversor típico en EE.UU. es el tipo que tiene plata que hizo con su trabajo, pero que decide no mostrarla al Fisco de su país. Y EE.UU. no tiene ningún problema con ese cliente”, explicaba un conocedor del mercado americano.

Así, el primer “efecto Trump” es el tan mentado acuerdo de intercambio de información con EE.UU. Si bien sirvió para tratar de llevar masa crítica al blanqueo, el que estaba en dudas ahora tiene la película muy clara. De todas formas, dicen en la city, el blanqueo será exitoso y el Gobierno podrá mostrar una adhesión superior a su meta (subvaluada) de US$ 20.000 millones.

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