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“No hay que temerle al cambio tecnológico”

El secretario de Política Económica, Sebastián Galiani, consideró que crea más empleo del que destruye

25 agosto de 2017

Por Delfina Torres Cabreros

“La tecnología siempre tendió a mejorar los estándares de vida de la población. No hay elementos en la Historia para temerle”, sostuvo ayer el secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda de la Nación, Sebastián Galiani, en un seminario internacional organizado por Techint en el marco de la presentación de su último Boletín Informativo.

Galiani precedió a expertos de universidades extranjeras y estuvo acompañado por el experto del Banco Mundial, Rafael Rofman, en un panel sobre desafíos y políticas del mercado de trabajo en América Latina. Ambos coincidieron en una visión alejada de los apocalípticos y compartieron la idea de que la clave es preparar el terreno para lo que viene. Galiani, quien se sumó al Gobierno Nacional en enero como parte del equipo de Nicolás Dujovne, adscribió ayer a la teoría de que la tecnología crea más empleo del que destruye y desplazó el eje hacia dos problemas: cómo mejorar el capital humano de las personas para enfrentar mejor el nuevo mercado laboral y cómo distribuir eficientemente la riqueza adicional.

El funcionario consideró atinado situar los debates en las coyunturas reales y no sólo proyectar lo posible sobre un escenario abstracto. “Según un informe de Frey y Osbourne el 47% de los trabajadores están en riesgo de automatización, pero la adopción efectiva de esa tecnología responde a precios relativos”, apuntó,y añadió: “Depende de decisiones que toman las personas que se hacen cargo de los riesgos. El empresario reemplaza todo su personal por robots, asume todo el riesgo de lo que pueda pasar, incluso que esa inversión se convierta en costo hundido”.

“La tecnología siempre tendió a mejorar los estándares de vida de la población. No hay elementos en la Historia para temerle”, sostuvo Sebastián Galiani

Para abonar su teoría “integrada” Galiani citó un paper de Acemoglu y Restrepo (2017), que delinea lo que sería el escenario de mayor reemplazo tecnológico posible. Según el estudio, en “el peor de los casos” el stock mundial de robots se cuadriplicaría para 2025, lo que sería ?para Estados Unidos? 25,25 robots por cada 1.000 trabajadores. Eso representaría entre 0,94 y 1,76 puntos porcentuales menos en el ratio del empleo. “Como ven, no es nada parecido al fin del empleo”, resumió.

En una perspectiva similar, Rafael Rofman, líder del Programa de Educación, Protección Social, Empleo, Pobreza y Género del Banco Mundial para América, Paraguay y Uruguay señaló que, en general, vemos al envejecimiento poblacional como un problema cuando es en realidad “el mejor un indicador de desarrollo humano”. De todos modos, consideró acertado estudiar y tratar de advertir los efectos de ese proceso que, puntualmente, en el mercado de trabajo generan una menor oferta.

Galiani adscribió ayer a la teoría de que la tecnología crea más empleo del que destruye

Rofman aseguró que enlos próximos 80/90 años la tasa de actividad encontrará estancada a menos que se cierre la brecha de género, es decir, que se incorporen en igualdad de condiciones las mujeres al mercado laboral. Aun así, en determinado tiempo retornaría la caída. “La demografía siempre gana, aunque no es poco sacarle algunos años de ventaja”, señaló.

En paralelo al envejecimiento poblacional, señaló que se produce una reducción de la cantidad de trabajo disponible por el cambio tecnológico. Entonces, ¿cómo es que ambas cosas no se complementan de manera tal que se neutralicen? “Hay un problema de matching ? explicó?. Los trabajadores que tenemos no son los que hacen falta”.

Rofman destacó que, a diferencia de los países desarrollados, en Argentina hubo entre 2003 y 2015 un aumento de trabajadores en las tareas manuales cognitivas rutinarias. Explicó este movimiento a “contramano” a partir de dos hipótesis. Por un lado, problemas con los costos relativos (“el trabajo de la gente es barato y no se justifica comprar la máquina) y las políticas (por ejemplo, la presión del Sindicato de Camioneros que obligó a sostener el reparto de resúmenes en papel y dar marcha atrás sobre la digitalización).

En este sentido, el experto consideró que si bien “hay que administrar las transiciones, no es conveniente bloquearlas y olvidar el tema”. No sólo porque no es sostenible en el largo plazo sino porque es conveniente ir dando señales de inversión para preparar el terreno del futuro.

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