El Economista - 70 años
Versión digital

jue 28 Mar

BUE 23°C
ONG Lógica

Matías Olivero Vila: "El planteo y propuesta número 1 de Lógica es la discriminación de los impuestos"

El Economista habló con Matías Olivero Vila sobre la "tragedia fiscal" de Argentina

Vila es abogado, contador y presidente de la ONG Lógica
Vila es abogado, contador y presidente de la ONG Lógica
19 mayo de 2023

"Cuando vos creas conciencia sobre los impuestos que pagás, te involucrás. Y cuando te involucrás, exigís como ciudadano o consumidor que los impuestos que se te aplican sean lógicos", señala Matías Olivero Vila, presidente de la ONG Lógica. 

La función de la ONG que preside es obvia: crear cultura fiscal y tributaria para poder, luego, exigir. En diálogo con El Economista, habla sobre el laberinto tributario argentino y sobre las propuestas de Lógica para salir del laberinto.

¿Qué impacto tiene para el actual sistema de recaudación de impuestos la informalidad en el país: eso genera que haya más de 45% de informalidad?

Absolutamente. Los impuestos más altos del mundo son los que generan la evasión tan elevada que tenemos. Se suele decir que es del 47%, que es la proyección del dato de la informalidad laboral de Argentina medida por la OIT al ámbito tributario. Pero seguramente  sea mayor porque una empresa puede tener a todo su personal registrado pero hacer cobros sin factura, mientras que no pasa al revés. Aquí no hay una discusión de "huevo y gallina" sin saber qué es lo que genera primero a la otra, sino que está claro que esta evasión fue generada por los impuestos más altos del mundo. Esto queda evidenciado con la famosa curva de Laffer, que señala que llega un punto donde el aumento de impuestos ya no genera más recaudación sino una disminución de ella por el pase a la informalidad. Está claro entonces que Argentina se ha excedido de ese punto por la altísima evasión que estamos teniendo.

Cuando hablamos de una baja devolución por parte del Estado de los impuestos, ¿qué representa realmente esa devolución y cómo la ve reflejada el argentino promedio?

Para explicar este presente, tenemos que partir de la base de que la Argentina no tiene cultura fiscal. ¿Por qué razón? Porque el sistema legal oculta los impuestos, sea explícitamente, como con el Artículo 39 de la Ley de IVA, que prohíbe la discriminación del IVA a los consumidores finales. O también escondiendo varios otros impuestos al consumo detrás del árbol del vendedor, si se nos permite la metáfora. Ellos son el impuesto sobre los Ingresos Brutos, las tasas de seguridad e higiene municipales, débitos y créditos en la medida de su bancarización, e impuestos internos para ciertos productos.  La gran mayoría de los consumidores no tienen ni la menor idea que los están afrontando, que los están impactando. Esto lleva al 42% de carga impositiva en el precio final del producto a lo largo de toda la cadena alimenticia, que puede llegar al 48% en el caso de las bebidas (ambos calculados por el IARAF), o 50,3% en la ropa (ProTejer) o más del 60% en celulares (GfK). Si la ciudadanía no tiene conciencia fiscal, no se involucra, y el no involucramiento lleva a la no exigencia. ¿Qué podría exigir? Primero, bajar los impuestos a un nivel lógico.  Nunca hubiésemos llegado a tener esos cinco impuestos y con semejantes alícuotas si se hubiesen discriminado los impuestos, si el consumidor hubiese tenido conciencia de los impuestos que pagaba. Por eso que el planteo y propuesta número 1 de Lógica viene siendo la discriminación de los impuestos.  Y, segundo, respondiendo tu pregunta, la otra exigencia es que el Estado preste servicios acordes a los impuestos que se pagan. Actualmente, pasa que la falta de cultura fiscal nos lleva a no exigir servicios acordes por parte del Estado. ¿Cómo funciona en otros países? Por ejemplo, en Francia, cuando una persona se atiende en el hospital público, aunque ese servicio no lo pague, el hospital le manda la factura de los servicios que recibió. ¿Para qué? Para mostrarle que aquellos impuestos, de los cuales es consciente el ciudadano francés, terminan siendo devueltos por el Estado bajo la forma de ese servicio que no pagó pero que sí recibió. Si uno cree que el servicio es gratis, no exige, y el servicio termina siendo deficiente.

La ley de creación del IVA prohíbe en el artículo 39 discriminarlo en las facturas a consumidores finales, ¿es viable en términos sociopolíticos actuales revertir esto y discriminarlo? ¿Cuál sería el impacto directo?

Más que viable, te diría que es vergonzoso que no se discriminen los impuestos. Somos prácticamente el único país de Sudamérica que no lo hace, dejando con un asterisco el caso de Bolivia, que a veces lo hace y a veces no. Pero en los demás casos, el resto de los países sí discrimina, llegando a Brasil con una discriminación muy minuciosa, muy detallada, donde el consumidor final, el ciudadano, sabe los impuestos federales, estaduales y municipales que está pagando cada vez que compra un producto o servicio de consumo masivo, lo cual es exigido por ley y eso genera cultura fiscal. La principal razón por la cual la Argentina llegó a tener los impuestos más altos del mundo es porque la gente no sabía los impuestos que estaba pagando, especialmente cuando actuaba como consumidor. Si lo hubiese sabido, hubiera sido imposible que se llegara a una acumulación de cinco impuestos de tres jurisdicciones distintas, todos sobre el mismo importe de facturación, cada vez que se consume. El no tener cultura fiscal fue funcional a ser el país más gravoso del mundo. 

AFIP
"No es solamente que tenemos 165 tributos, que es una enormidad, sino que, además, en cada uno de ellos tenemos el más gravoso o uno que está en el 'podio' de los más gravosos", dice Vila

¿Qué sistema sería viable para potenciar a las pymes, en lugar de asfixiarlas como hace el Estado actualmente?

En primer lugar, se supone que tenemos una alícuota reducida para pymes, pero es tan exiguo el límite de esa alícuota reducida que, ante la menor ganancia relevante, se pasa a pagar impuestos a las ganancias con el 35% en lugar del 25%. Además, después se vuelve a pagar con la retención sobre los dividendos. Por otro lado, tenemos el pago de Ingresos Brutos: el impuesto más distorsivo que tiene la Argentina, acumulado a lo largo de toda la cadena productiva, sin importar el valor agregado y el margen que tenga cada uno de los eslabones de esa cadena. Estos son los dos principales, pero tenemos 165 tributos, por lo cual hay muchísima tela para cortar. 

¿Cómo sería una reforma tributaria a la altura de las circunstancias?

Resumidamente, implicaría una combinación de número de impuestos y de "peso" de cada uno. Porque no es solamente que tenemos 165 tributos, que es una enormidad, sino que, además, en cada uno de ellos tenemos el más gravoso o uno que está en el "podio" de los más gravosos, como lo ha demostrado el estudio de  tributaristas de la UIA, donde para seis de los siete impuestos analizados en 30 países se llegó a la conclusión de que tenemos el impuesto más gravoso. Entonces, es una combinación de ambas cuestiones. Bajar de 165 a 10 impuestos es algo de toda lógica. Y, por el otro lado, bajar las alícuotas de muchos de estos impuestos, como por ejemplo, impuesto a las ganancias, que terminamos teniendo el más gravoso entre los países. Y así con todos. Para que tengamos una idea del quantum que deben reducirse los impuestos, en el ranking Doing Business del Banco Mundial (en vías de ser reeditado con otro nombre, "Business Ready"), Argentina alcanzaba el 106%, que significa que a la PYME tomada como caso testigo de ese ranking, no le alcanzan las utilidades para pagar los impuestos. A otros países les da un tercio como el caso de Chile, Paraguay o Perú. A otros les da 41%, como el caso de Uruguay; a Brasil, que es de los países con impuestos más altos, le da 65%, y a nosotros nos da 106%, con lo cual tenemos un 60% más que uno de los países más gravosos. A un país comunista como China le da 59%, a nosotros casi el doble. Y a uno de los países más populistas del mundo, Venezuela, le da 73%. En Argentina nos da 50% más que a ellos. 

2023-05-19 00-33-03
"En Francia, cuando una persona se atiende en el hospital público, aunque ese servicio no lo pague, el hospital le manda la factura de los servicios que recibió", dice Vila, a modo de ejemplo sobre la conciencia fiscal

Hay municipios de Buenos Aires (por dar un ejemplo, Tres de Febrero), donde se trabajó en planes de alivio fiscal para atraer empresas: no cobra Tasa de Habilitación Comercial,  bonifica el primer año de la Tasa de Inspección de Seguridad e Higiene. Sin embargo son pocos los municipios que las han implementado. ¿Qué impacto tendría la aplicación de más medidas como estas a un nivel más generalizado o, incluso, macro?

En base a lo que venimos diciendo, lo que es la excepción en la Argentina debería ser la regla. Lo que debería figurar en las malas noticias son aquellos que mantienen o aumentan los impuestos en estos niveles totalmente insostenibles que estamos teniendo en sus tres niveles, nacional, provincial y municipal. Hay antecedentes en todo el mundo, donde se bajaron los impuestos y se generó, incluso, la mejora de la recaudación, sobre todo cuando se da en un escenario de muy alta evasión, como la que se sufre en Argentina. Por supuesto que hay que bajar el gasto público, hacer una auditoría y poniendo lógica a todo nivel. Esto lo exige el 39,2% de pobreza. Por dar un ejemplo, tenemos menos población que Colombia pero tenemos cuatro veces la administración pública de Colombia, se triplicó la pérdida de empresas del Estado en los últimos 3 años, tenemos más puntos de PIB en regímenes especiales de jubilación que de regímenes generales, un legislador provincial de Tucumán nos cuesta más de 20 veces el costo por legislador de la vecina de Santiago del Estero, y así en todas las áreas. Pero más allá de que hay que poner racionalidad en el gasto público, deben bajarse los impuestos. Y por cómo funciona la citada curva de Laffer, probablemente no repercuta en una caída de la recaudación por la cantidad de gente que se pasaría a la formalidad. Esto ya sucedió en Brasil con el ICMS, que bajó del 18% al 4% y 3% para ciertos sectores, como por ejemplo en los restaurantes, y la recaudación no solamente no bajó, sino que subió por la cantidad de gente que antes lo evadía y ahora se pasaba a la formalidad. En suma, es tan crítica y profunda la tragedia fiscal que nunca estuvimos mejor para concientizarnos fiscalmente.  Cuando nos concienticemos, nos involucraremos y exigiremos.  Y allí pasaremos a tener un gasto lógico, impuestos lógicos y, consecuentemente, un país lógico. 

***

El manifiesto de Lógica

¿Cuántas personas saben en Argentina lo que la palabra "gravoso" significa?

Casi seguro que muy pocas. Lo bueno de la palabra gravoso es que aún no conociendo su significado, es capaz de transmitir una sensación precisa.

Es algo grave.

"Que ocasiona un gran gasto o resulta molesto o pesado".

Eso significa gravoso.

Cuando después de muchos años de mucha desidia, descontrol e indiferencia te convertís en el país más gravoso del mundo, abrís los ojos y te das cuenta de la gravedad de la situación.

Argentina ha dejado de ser para vos una oportunidad o un gran lugar para vivir: tu país se vive, todos los días, como "un gran gasto".

Tu país se vive, invariablemente, como algo molesto y pesado.

Argentina puede cambiar esto.

Pero solo lo va a cambiar si todos y cada uno entendemos que ser el país más gravoso es una desgracia colectiva y personal.

Argentina necesita Lógica.

 

+info: https://logica.org.ar/manifiesto/

En esta nota

LEÉ TAMBIÉN


INFORMACION DE AFIP

Lee también

MÁS NOTAS

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés