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Los "conejos de la galera" de Massa para congelar la bomba económica hasta 2024

La "creatividad" massista genera cierta sorpresa entre quienes veían el "abismo" más temprano que tarde

Massa logró estabilizar la economía
Massa logró estabilizar la economía
Leandro Gabin 02 diciembre de 2022

La "creatividad" de Sergio Massa para poner parche tras parche a una economía que no solucionó ninguno de los desequilibrios, pero que sigue andando, genera incluso cierta sorpresa en el mundo de las consultoras y empresarios que veían el "abismo" más temprano que tarde. 

El "dólar soja 2.0", que es pan para hoy y hambre para mañana, le permite al equipo económico llegar al año próximo y transitar las fiestas de fin de año con un Banco Central sumando dólares. Algo para nada despreciable. 

Y además llega con una inflación que viene desacelerando: en el Gobierno hablan de un noviembre "poquito más arriba de 5%" mientras que diciembre será material para otro momento. 

"La economía está en una dinámica perversa pero el apocalípsis que yo misma pronosticaba no se dio. Massa sigue sacando conejos de la galera, y tiene una creatividad infernal. Si el esquema de represión financiera se mantiene esto puede seguir de largo, pero esto no es un plan de estabilización", afirmó Marina Dal Poggetto, directora de EcoGo.

El equipo económico abortó, con el dólar soja, una suba de los tipos de cambio financieros que estuvo dándose en las últimas semanas a la par de la emisión monetaria y unos tipos de cambio "atrasados" por la inflación. Según cálculos de Dal Poggetto, el tipo de cambio alternativo está $100 menos que en julio pasado y $200 debajo del pico de octubre del 2020.  ¿Está barato o caro?

Lo que podría acelerar un reacomodamiento del dólar financiero, al inicio del año próximo (diciembre es estacionalmente muy demandado de pesos) es la emisión de pesos. El Banco Central compra caro dólar soja a $230 y vende (poco) barato a $165. Emite pesos que luego no puede recuperar. Además, inyecta moneda local cuando interviene en el mercado de bonos en pesos (algo así como $350.000 millones en el último mes). De esta manera, los pasivos remunerados (Leliq y Pases) se irán en enero a $10 billones.

Esa es la razón, y la desaceleración de la inflación, por la que el BCRA congeló la suba de tasas y piensa no tocarlas hacia adelante. Quedarán en 75% (las tasas testigo), algo que el Central cree que sirve para anclar expectativas y para mantener cierto atractivo a las posiciones en pesos.

"La pelea contra la inflación, lejos de ser fácil se ha mostrado compleja, pero esperamos que luego de la aceleración que hubo en el mes de julio, la inflación continúe un proceso descendente para alcanzar el objetivo de reducirla al 60% el año próximo", remarcó Miguel Pesce recientemente.

La quietud de las tasas, más que a realmente creer que se logrará el 60% de inflación el año próximo, es la "bomba" de pasivos que -teme Economía- les explota a ellos y no al próximo gobierno. En realidad, la "bomba" de pesos está más pensada en la deuda soberana y sus riesgos a no poder ser rolleada más que a los pasivos del Central. 

Pero, dicen en la City, en algún momento el costo de esa deuda del Central acelerará la inflación y, por ende, el dólar. "Si el Central paga, esos pesos irán a precios o al MEP. Por eso Pesce quiere frenar un poco, sabe que es otra fuente de emisión de pesos", decía un banquero privado.

"La situación patrimonial es paupérrima para el BCRA. Los pasivos son 12 puntos del PIB. Eso es impagable. En algún momento tendrán que ver que hacen con eso, porque tan sólo pagar los intereses te condiciona seriamente el dólar y la inflación", recordó el banquero. 

Pero todas esas inconsistencias serán para, al menos, el próximo gobierno. Massa sigue pateando cuestiones irresueltas hacia delante y cree que se puede llegar con este estatus quo a octubre del 2023. 

En el medio, sigue negociando empresa por empresa y sector por sector para ver cómo permite que se beneficien del dólar oficial de $167. Los industriales volvieron a reclamar el acceso a las divisas en su reunión semanal, apuntando al Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) donde "persisten muchas y graves dificultades para el acceso a insumos, el pago efectivo a proveedores del exterior y la falta de financiamiento para los plazos establecidos".

Frases ya conocidas para Massa. "Es lógico que quieran los dólares baratos y reclamen. Son privilegiados. Pero acá lo que se juega es no tener que devaluar antes de diciembre del año que viene. Ni más ni menos", repiten fuentes del equipo económico. 

Larreta con su equipo económico en las sombras
Larreta con su equipo económico en las sombras

Malas noticias para los economistas de cabecera de Horacio Rodríguez Larreta, el candidato más firme de la oposición (según encuentas le gana a Mauricio Macri y a Patricia Bullrich, con cierta facilidad). Hernán Lacunza, el jefe de esos economistas larretistas, cree que los ejes del próximo Gobierno deberían ser la cuestión fiscal y cambiaria. "Así como llegaría, no aguanta", suele decir. Pero promete cambios "graduales" con un sentido bien definido para generar expectativas. La pregunta es si eso alcanzará. 

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