Si la provincia de Buenos Aires es la madre de todas las batallas de la política, el déficit fiscal ocupa ese mismo lugar en la economía. A partir de su gran tamaño, se derivan los principales flagelos colaterales que hoy afectan a la economía, desde la inflación hasta el atraso cambiario. Y las noticias para el Gobierno, en ambos frentes, parecen ser auspiciosas.
Según las encuestas, ganaría en la provincia de Buenos Aires y, la semana que viene, Nicolás Dujovne anunciará que se sobrecumplió la meta fiscal del tercer trimestre, aunque el trecho a recorrer sigue siendo largo y desafiante. En principio, el anuncio iba a ser hoy, pero se pospuso por la veda electoral. Según el plan de convergencia fiscal que presentó el ministro a comienzos de 2017, la meta acumulada para el tercer trimestre era un rojo primario (esto es, sin el costo de financiar la deuda) de 3,2% del PIB y de 4,2% para todo el año. Y, según los analistas sondeados por El Economista, la meta de 3,2% se sobrecumplirá, es decir, el rojo acumulado hasta septiembre será menor. Eso dejará más espacio fiscal para el cuarto trimestre, que suele ser muy demandante para el Tesoro y, asimismo, para sobrecumplir la meta anual del 4,2%. “Venimos bien”, repiten en Hacienda. “Es posible que podamos sobrecumplir la meta del 4,2%”, agregan.
El propio Dujovne sugirió hace poco que el rojo acumulado, uno de los temas que más desvela a Mauricio Macri, podría terminar en 4%, aunque cerca de él creen que el número podría ser incluso menor.
A su vez, lo que más destacan es que han logrado, hace un trimestre ya, hacer que el gasto primario crezca menos que la inflación, es decir, que caiga en términos reales y encaminar gradualmente las cuentas públicas hacia la convergencia a un rojo de 2,2% en 2019. Los más escépticos dicen que el partido recién arranca en 2018, que tiene una meta intermedia de 3,2%.
