El índice de pobreza alcanzó al 37,3% de la población en el segundo semestre del año, lo que representó una baja de 3,3 puntos porcentuales (p. p.) respecto al 40,6% que hubo en el primer semestre de 2021, según el informe que publicó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). De esa forma, 10,8 millones de personas en el país se encuentran por debajo de la línea de pobreza.
A su vez, el 8,2% de las personas se encuentran debajo de la línea de indigencia, es decir 2,4 millones, por debajo del 10,7% que hubo en el primer semestre de 2021. El descenso fue de 2,5 p.p. semestral y 2,3 p.p. interanual.
En base a una población argentina estimada en 47.000.000 de habitantes, más de 10 millones de personas no tuvieron ingresos suficientes para adquirir alimentación, pagar servicios básicos y comprar indumentaria.
En ese contexto, el ministerio de Economía destacó que en el segundo semestre de 2021 salieron de la pobreza 920,4 mil personas respecto al semestre anterior y 1.194,6 mil respecto al segundo semestre de 2020. Por su parte, 703,3 mil salieron de la condición de indigencia respecto al semestre anterior y 623,1 mi respecto un año atrás.
El informe indicó que se redujeron las brechas de pobreza e indigencia. El ingreso total familiar promedio de los hogares pobres aumentó 23,8% hasta los $46.712, mientras la Canasta Básica Total (CBT) promedio del mismo grupo de hogares alcanzó $74.059. En este caso, la brecha de la pobreza de los hogares se ubicó en 36,9%, es decir, les faltó $27.347 para poder comprar los alimentos mínimos para subsistir.
El Indec subrayó que los ingresos en el período estudiado aumentaron más que las canastas, “lo que explica la reducción de la tasa de pobreza e indigencia del conjunto de la población en el promedio del semestre”.
En cuanto a los grupos de edad según condición de pobreza, se destacó que más de la mitad (51,4%) de las personas de 0 a 14 años son pobres. “El porcentaje total de pobres para los grupos de 15 a 29 años y de 30 a 64 años es de 44,2% y 32,6%, respectivamente. En la población de 65 años y más, el 13,0% se ubicó bajo la línea de pobreza”, agregó el trabajo.
Por último, las mayores incidencias de la pobreza en personas se observaron en personas se observaron en las regiones Cuyo, 42,7%; y Noreste (NEA), 39,4%. En el GBA alcanzó el 37,3% y fue la región con mayor reducción interanual (-7,0 p.p. interanual), con los partidos del GBA reduciendo su tasa de pobreza al 42,3% de la población (-3 p.p. semestral) y CABA incrementándose al 16,4% (+2,5 p.p. semestral).
Las menores tasas de pobreza se dieron en las regiones Pampeanas con una tasa de 35,3% (-6,8 p.p. semestral y -2,9 p.p. interanual) y Patagónica con una tasa del 31,5% (-2,9 p.p. semestral y -3,7 p.p. interanual).
Pobreza de 2022: qué se espera
“Más allá de este dato puntual, no somos optimistas respecto a una consolidación en la moderación de los índices de pobreza durante 2022. La aceleración de la inflación en los primeros meses del año impactará de lleno sobre los ingresos de los hogares. Aun cuando los trabajadores formales con representación gremial puedan obtener aumentos en líneas con los precios, los ingresos no se están actualizando a la misma velocidad que los precios. Por otro lado, no creemos que esto pueda ser extensivo a todos los trabajadores, sobre todo en un contexto de actividad creciendo en el margen con poca tracción sobre el mercado de trabajo. Vale recordar que nuestra proyección de crecimiento se ubica en torno a 3,5% anual, en línea con el arrastre estadístico que dejó la recuperación de 2021, asumiendo un escaso dinamismo a lo largo de 2022”, dijeron desde LCG.
En ese sentido el grueso de los trabajadores (el 33% es informal) estará lejos de compensar la caída de los últimos 4 años. “Así, la erradicación estructural de la pobreza a través del mercado de trabajo no será viable en el corto plazo”, dijeron.
Por último, la posibilidad de que el Gobierno intensifique la ayuda social es realmente baja en el marco de del acuerdo con el FMI. Por estos motivos, proyectaron que los niveles actuales de pobreza e indigencia deberían ser interpretados como un nuevo piso. “Esperamos un incremento de los índices de pobreza e indigencia para el año que corre, y el nivel final dependerá básicamente de la dinámica inflacionaria”, dijeron.
“Con el empleo en niveles relativamente elevados respecto al promedio histórico, reducciones adicionales de la tasa de pobreza deberían provenir mayormente de la recuperación del poder adquisitivo de los ingresos”, dijo Leonardo Tornarolli (Cedlas).
Lo ocurrido en los primeros meses de 2022, sin embargo, parece ir en la dirección opuesta. “La inflación general se aceleró, pero aún lo hizo más el crecimiento del valor de la línea de pobreza, que ya acumula una suba de 10,1% en dos meses (contra 14,5% en los seis meses finales de 2021). En este contexto, es poco probable que el primer semestre del año muestre resultados positivos en reducción de pobreza, y no sería extraño si parte de la mejora conocida hoy se revierte en los números que conoceremos a finales de septiembre”, escribió en una columna del diarioAR.
