Antonis Samaras, líder de Nueva Democracia (ND), uno de los partidos más tradicionales de Grecia (el otro es Pasok), fue el más electo de las elecciones legislativas que se llevaron a cabo este domingo. “El pueblo griego anunció su deseo de seguir en el euro, honrar sus compromisos y seguir siendo una parte integral de la eurozona”, dijo Samaras en su primera conferencia de prensa. La tarea de Samaras, además de lograr que la economía salga de una recesión de más de cinco años, es, antes que nada, formar un gobierno.
Con los legisladores que consiguió no le alcanza y, por eso, todo indica que habrá una coalición con Pasok para reunir los números necesarios. El partido de izquierda Syriza hizo una muy buena elección y terminó 2º. La victoria de ND será bien recibida por los mercados, ya que su líder manifestó que mantenerse en el euro será su prioridad. Por supuesto, esto no soluciona los problemas de Grecia.
Como expresó el economista Lucas Llach, “la agonía le ganó a la eutanasia”. En su blog, Llach añadió que “el triunfo garantiza la continuidad de un combo de políticas europeas: financiamiento a los bancos y a los estados nacionales para que no haya defaults ni quiebras bancarias, a cambio de políticas fiscales duras. Por lo tanto en lo inmediato no caerán bancos ni habrá defaults. El problema es que nada de esto soluciona la cuestión del crecimiento. Economías como la griega o la española están en recesión por desequilibrios estructurales (combinación de falta de competitividad, endeudamientos públicos o privados insostenibles) y por la multiplicación de ellos a través de los riesgos, que elevan los intereses y por esa vía contraen el gasto. La recesión acentúa el problema bancario (por menor capacidad de repago) y acentúa la crisis fiscal (por caídas en la recaudación). Sin crecimiento, Europa tendrá que poner cada vez más plata para evitar el default y la devaluación”.
Así planteado queda claro cuál es el objetivo de Grecia: volver a crecer. Habrá que ver qué camino utiliza Samaras para lograrlo: ¿buscará renegociar el acuerdo con la “troika”? Es un camino fácil. Grecia seguirá en el euro y, también, en los titulares de los medios económicos globales.
