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En su regreso a Europa, Gobierno colocó bonos por 2.500 M de euros

Tras un mini-roadshow por el Viejo Continente, los emisarios de Prat-Gay entendieron que el momento de lanzar la emisión de deuda era ahora.

06 octubre de 2016

por Leandro Gabin

Todo empezó a gestarse hace poco. El ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat- Gay, había anticipado en distintos foros que el Gobierno iba a volver al mercado europeo para emitir deuda. Después de los anuncios en público, el Ministerio envió a funcionarios del área a participar de un mini-roadshow por el Viejo Continente patrocinado por un grupo de bancos, donde se reunieron con 135 inversores, y que concluyó hace exactamente una semana. La impresión que se llevaron los emisarios de Prat-Gay fue que el momento de lanzar la emisión de deuda era ahora. Y, si bien el mismo ministro había dicho que no habría más emisiones de deuda en los mercados internacionales en 2016, la avidez de los inversores por tener bonos argentinos en la mano pudo más. Mucho más.

Así, tras quince años de ausencia en la plaza europea, Argentina volvió a vender bonos. Trascendió que la idea original del equipo económico era lanzar una emisión pequeña, del orden de los 500 millones de euros. Por recomendación de los bancos colocadores (BBVA, BNP Paribas y Crédit Suisse), había que animarse a más. Le prometieron, incluso, que habría una baja de tasas por la fuerte demanda. Y así fue.

El Gobierno recaudó 2.500 millones de euros a través de dos títulos (uno a cinco años y otro a diez años) por un valor de 1.250 millones cada uno. Hacienda había colocado un Initial Pricing Thoughts (IPTs), que es la guía inicial de tasas que marca el “techo” al cual está dispuesto a pagar el Gobierno, de 4,375% para el título más corto y de 5,5% para el de diez años. Por la demanda, que alcanzó los 7.600 millones de euros, pudieron bajar las tasas. Los rendimientos quedaron cerca de 4% para el cinco años y de 5,10% para el de diez años, según fuentes del mercado.

Según relató un funcionario del círculo íntimo de Prat-Gay a El Economista, “la emisión surge de un reverse inquiry, es decir, por demanda de los inversores”. “Constituye un rebalanceo de las fuentes financieras versus el programa original donde hay algo más de emisión externa que permite buscar menos fondos locales y así dejar más espacio en el mercado local para financiamiento al sector privado”, explicó la alta fuente de Hacienda a este diario.

“La demanda de afuera superó las expectativas y es una opción que tiene beneficios. Creo que principalmente estamos haciendo muchas cosas que son evaluadas bien por los inversores. Si no fuera así no hay tasas cero en el mundo que compense”, agregó el funcionario. Según se dijo oficialmente, lo recaudado en esta transacción sumado a la emisión en pesos por $50.000 millones y casi $12.000 millones de la semana pasada, serán utilizados para cancelar los vencimientos de deuda del último trimestre del año. Claro, el dinero es fungible.

Según Hacienda, participaron de la transacción 267 inversores de diversos orígenes, incluyendo Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Noruega, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza, entre otros. Y si bien no son los inversores más conocidos, los fondos que operan en Europa son igualmente de competitivos que los de EEUU. De hecho, cuentan allegados a la operación, hay mucho fondo de inversión europeo que invierte en Latinoamérica. “Les gusta meterse en el sector energía cuando compran acciones de empresas o bonos soberanos. Pero a todos les interesa Argentina”, contaba un funcionario.

En Londres, entre los fondos más fuertes, que participaron de la transacción, están Spinaker y Ashmore. También hay muchos inversores de Europa continental, países escandinavos, como Finalandia y Noruega que son “la nueva plaza financiera”. En Dinamarca, por ejemplo, está el gigante Nordea, que es el más grande y quiere comprar deuda argentina. Después están las plazas del Viejo Continente más tradicionales, como Fráncfort, Zurich, Milán y París, donde hay muchos fondos de real money que invierten para quedarse los títulos, no revenderlos al instante que los compran.

¿Qué pasa con el crecimiento de la deuda? Antes de esta emisión en euros, Hacienda decía que el aumento del stock de deuda en el año había sido de US$ 7.000 millones, para un stock de US$ 245.000 millones (los pesos y los dólares, consolidados). De hecho, calculan que el ratio deuda contra PIB será de casi 53% a fin de año pero la deuda neta será de 25 puntos del PIB, lejos aún del 55% de México o el 63% de Chile. Por ahora, siguen teniendo margen para endeudarse. La pregunta es hasta cuándo.

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