Con la economía ya confirmando su recuperación, y con una variación del PIB positiva garantizada en 2017, todavía sigue presente el fantasma del crónico rojo en frente externo cada vez que la actividad va para adelante. Prácticamente al mismo tiempo que el EMAE de julio publicaba una actividad mejorando al 0,7% desestacionalizado, la balanza de pagos del segundo trimestre mostraba la duplicación del rojo de cuenta corriente. El problema es histórico y no hay período de la economía argentina que haya podido soslayarlo. El péndulo. El stop & go. Historia conocida que también caracterizó al arranque y parate de la actividad económica durante los últimos años del anterior Gobierno. Ese serrucho conocido que mostró a la economía mejorando en año impar eleccionario y frenando en año par. Esta vez la historia del corto plazo se podría revertir, porque el Gobierno tiene acceso a endeudamiento que permitiría financiar el rojo externo en 2018. Pero un informe de Ecolatina alerta respecto a la sustentabilidad de un crecimiento que depende del ingreso de capitales externos para poder continuar, con la amenaza de que cualquier cimbronazo global traiga consigo una crisis.
Sustentabilidad
“Pese a que en la actualidad el proceso de crecimiento se consolida, este se basa en un ingreso masivo de capitales. Hoy el acceso al financiamiento externo es fluido y abundante pero estamos expuesto ante cualquier deterioro o incertidumbre que afecte al mercado financiero global”, sostiene la consultora liderada en sus análisis económicos por Lorenzo Sigaut Gravina.
Al respecto, el informe publicado ayer indagó también en cuál sería la intención del Gobierno para evitar una típica restricción externa: “El Gobierno apuesta a reducir el déficit fiscal en su segunda mitad de mandato y que la inversión y las mejoras de productividad de la economía (infraestructura, reglas de juego claras, reformas estructurales) potencien las exportaciones para repagar la deuda externa”.
Historias paralelas
La historia que narran los EMAE (y los informes trimestrales de Avance del nivel de actividad) y la balanza de pagos (y los informes del MULC del BCRA) corren en paralelo y dialogan entre sí. Así, destaca Ecolatina, mientras la actividad sin dudas va mostrando su recuperación de la mano de la obra pública y el agro (que a la vez traccionan a otros sectores como el industrial), también el rojo se va haciendo creciente y si bien las crónicas restricciones externas están lejanas en el horizonte por el acceso a financiamiento, no dejan de ser una posibilidad.
Dice Ecolatina: “Al cierre del tercer trimestre de 2017 podemos afirmar que el nivel de actividad ha alcanzado el pico de 2015. Por caso, el EMAE de julio arrojó que, en términos desestacionalizados, la producción se encuentra sólo 0,3% por debajo del pico de junio 2015. Pero la recuperación del terreno perdido se dio en un contexto de fuerte deterioro de la cuenta corriente y del resultado financiero del Sector Público Nacional. De hecho, este año el PIB será similar al de 2015 pero en términos del producto, los déficit gemelos treparon más 1 punto entre 2015 y 2017”.
Tendencia
Como en todo avance del rojo de cuenta corriente, con una economía recuperando y con el tipo de cambio atrasándose respecto al IPC, el incremento en las importaciones motorizadas por la inversión juegan. Pero también importaciones de consumo mostraron incrementos, con las exportaciones virtualmente estancadas.
Y adelanta: “Los datos del Intercambio Comercial Argentino de julio y agosto muestran que dicha tendencia se profundizó. En dicho bimestre los volúmenes importados de bienes treparon más de 20% interanual mientras que las cantidades exportadas subieron menos de 2% interanual así, Ecolatina estima que este año el rojo de bienes daría 1 punto del PIB y el de cuenta corriente 4 puntos. “Según nuestras estimaciones, en 2017 el rojo del intercambio de bienes superaría los US$ 6.000 millones y el déficit de la Cuenta Corriente superaría los U$S 24.000 M”, dicen, con números, desde Ecolatina.
