Con el plazo de diez días agotado, el Gobierno recibirá hoy a la CGT para dar respuesta a los pedidos de impulsar una compensación de fin de año “para todo el mundo” y eximir al medio aguinaldo de diciembre del impuesto a las ganancias. Se especula que los funcionarios nacionales harán una oferta muy por debajo de las pretensiones de los sindicalistas: otorgará un bono módico únicamente a quienes reciben la AUH y la jubilación mínima y liberarán de tributar ganancias en el aguinaldo sólo a algunos trabajadores. Aún así, y pese a las declaraciones amenazantes de los últimos días, desde la CGT evalúan seguir demorando el paro, a la espera de la mesa tripartita que convocará la semana próxima el presidente Mauricio Macri, al regreso de su visita al Papa.
El jueves 29 de septiembre los titulares de la central obrera fueron recibidos en el Ministerio de Trabajo por su titular, Jorge Triaca, y también por el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay; el de Interior, Rogelio Frigerio, y el coordinador del Gabinete, Mario Quintana, entre otros altos funcionarios. Allí se comprometieron a analizar los reclamos de la CGT y, a cambio, los secretarios generales de la central mantuvieron sin fecha el paro nacional para cuya convocatoria fueron mandatados en el último comité confederal.
En los últimos días antes de encontrarse frente a frente, los sindicalistas subieron el tono de las amenazas al señalar que si no se otorga una respuesta “satisfactoria”, el paro nacional será inevitablemente concretado. De todos modos, ayer la convocatoria a una medida de fuerza volvió a relativizarse debido a un supuesto pedido de la Iglesia al sindicalismo de mantener abiertos los canales de diálogo con el Gobierno. “La Iglesia nos pidió agotar todas las instancias de diálogo y es lo que vamos a hacer. Forzar un acuerdo social con todos los sectores sería muy importante y es también lo que nos está pidiendo Francisco”, dijo, según consignó La Nación, uno de los integrantes del triunvirato que dirige la central.
Ayer, el Presidente se reunió con su gabinete nacional y mantuvo luego una breve bilateral con Triaca, para ajustar criterios de cara al inminente encuentro con los sindicalistas. Desde el Gobierno consideran que “no hay elementos objetivos para concretar un paro” y, si bien evitaron los anticipos, se supone que hoy ofertarán un bono de entre $500 y $1.000 únicamente para beneficiarios de AUH y jubilados que perciban la mínima, y establecer topes en la exención del impuesto a las ganancias sobre el medio aguinaldo de diciembre. También podrían dar vía libre para que, en el marco de un escenario muy heterogéneo, cada sindicato avance por su cuenta en la negociación de un bono con el sector privado.
Ayer el diputado nacional por el Frente Renovador y miembro del consejo directivo de la CGT, Facundo Moyano, afirmó que “todo lo que se pueda conseguir” en el diálogo con el Gobierno Nacional “no va a ser suficiente” para “compensar lo que se ha perdido este año” y habló de una situación económica que “es perjudicial para el conjunto de los laburantes”. El hijo menor de Hugo Moyano también bajó el tono de las declaraciones hechas por su hermano Pablo, que había dicho que si no se decretaba el paro el sindicato de camioneros podía retirarse de la CGT. Dijo que al interior de la central existen “tensiones naturales”, pero que “ningún dirigente manifestó la intención de irse”.
El titular de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación, Julio Piumato, explicó que evaluarán el jueves en una reunión del Consejo Directivo de la CGT la conformidad o no con la propuesta del Gobierno y que entonces decidirán los pasos a seguir. “La respuesta del Gobierno debe estar a la altura de la realidad del bolsillo del trabajador y de los jubilados”, dijo Piumato y añadió que “está claro que en lo que va del año los trabajadores, tanto los activos como los jubilados y los sectores más necesidades en la Argentina, han perdido mucho frente a la inflación”.
