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“El crecimiento es gradual y selectivo"

Según informe de la Fundación Capital, que dice que el PIB podría subir 2,5% en 2017

25 julio de 2017

Los economistas deben apelar a la creatividad a la hora de categorizar el escaso crecimiento en el que está sumergida la economía vernácula. “Amarreta”, “homeopática” y “con sabor a poco” son algunas de ellas.

La elección de la Fundación Capital, que lidera Martín Redrado, es algo más formal. “El crecimiento es gradual y selectivo”, dicen en un reporte distribuido ayer entre clientes. En otras palabras, se crece poco (por ahora) y crecen pocos (o, cuanto menos, no todos). Veamos.

“Luego de un primer trimestre con un crecimiento interanual menor a 1% y del 1,1% respecto al trimestre anterior, distintos indicadores adelantados de la evolución de la actividad económica evidencian la consolidación del signo positivo para el segundo cuarto del año, aunque a un ritmo moderado”, dicen desde la consultora. Hay crecimiento y es bajo. Sigamos.

“Sin embargo, el crecimiento aún no llega a todos los sectores. Si bien en abril 11 de los 15 sectores que componen el EMAE tuvieron una variación positiva, estos sólo representan un 55% de la economía, y aquellos con un mayor peso continúan en baja”, agregan. Por ejemplo, nada menos que el sector comercial y el manufacturero. Todo indica, sin embargo, que la sumatoria de la industria a los brotes verdes es inminente. Además de necesario, claro. El crecimiento no está 100% difundido, y eso se percibe en “la calle”.

Industria aún en baja (o con una recuperación no muy firme) y, sobre todo, el bajo dinamismo comercial explican por que los brotes verdes, que están y existen, parecen amarillos (y no por el PRO). “Así, si bien el crecimiento esperado del PIB para 2017 (+2,5%) es similar al de las últimas dos recuperaciones, no se percibe de la misma forma, debido a la debilidad de sectores más vinculados al consumo, con un impacto más directo en la percepción de la población”, explican desde la Fundación Capital. No hay veranito en el gran público, y eso difícilmente cambie antes de los comicios.

Sin embargo, las malas noticias, así como en la industria, empezarían a trocar por positivas. Aunque nadie espera un boom, ciertamente. “En los próximos meses, si bien esperamos un aumento de la masa salarial superior al 3% anual, que ya se habría consolidado en el segundo trimestre, las expectativas de los consumidores son cautelosas”, agrega el informe.

Y si bien es saludable, sugieren, que la inversión crezca (como está ocurriendo), así como las exportaciones (aunque suben menos), también debe estar presente el consumo. Equilibrar el modelo de crecimiento no implica que el consumo caiga sino, más bien, que crezca menos, y no sea el que jalone todo el PIB. El dato positivo, como se mencionaba, es que eso llegará (si los precios no se aceleran y no hay cisnes negros en el frene nominal). “Para el 2018, en un contexto de mejora en el poder de compra y los precios desacelerándose, los niveles de consumo recobrarían un mayor dinamismo, con un alza esperada del 2,7%”, dice el trabajo.

Si bien el 2018 pinta mejor, allí “podrían encontrarse los límites entre sostener el gradualismo y la clave de generar un marco de confianza que estimule la inversión y nos garantice salir del péndulo de los últimos cinco años”.

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