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El “billete”, entre la rienda corta del BCRA y las eleciones

¿Qué pasará con las brechas hasta fin de año?

25 junio de 2015

El BCRA sigue manteniendo el dólar a rienda corta, y lo seguirá haciendo hasta las elecciones. “Desde principios de año el Gobierno fijó una tasa de devaluación del 1% mensual consistente a su criterio con una inflación interna del 15% anual. Este criterio no ha sido modificado ni a pesar de las devaluaciones sufridas por el euro y el real frente al dólar que llevaron a una apreciación adicional de nuestra moneda. No esperamos cambios en esta estrategia hasta el cambio de Gobierno”, sostiene Hernán del Villar, director del Estudio Alpha. “El BCRA se benefició en los últimos tres meses por una leve caída del dólar a nivel global que fortaleció las monedas de nuestros socios comerciales y evito mayor apreciación real. Creo que mantendrán el dólar como ancla nominal hasta fin del mandato, razón por la cual ajustamos hace poco nuestra proyección a $ 9,60 a fin de noviembre”, explica Luciano Cohan, economista jefe de Elypsis. Según Miguel Angel Broda, el dólar terminará el año entre $ 9,60 y $ 9,70. En líneas generales, todos coinciden. Como dice Miguel Bein, ningún Gobierno que se va le regala competitividad a uno que viene, aunque éste sea del mismo signo. Además, sería improbable que la Presidenta se retire del poder con una devaluación en los últimos meses y para ello se ha realizado lo que algunos economistas denominan “la apertura heterodoxa de la cuenta capital”. La idea fue fortalecer las espaldas del BCRA para evitar un golpe en el mercado cambiario.

Pero, más allá de la estabilidad del “billete” oficial, y a medida que se acerquen las elecciones, las brechas cambiarias podrían despertarse de su larga siesta y volver a las andadas. “En el segundo semestre deberíamos esperar cambios en la estructura de los portafolios de los inversores”, dice Del Villar. “Dependerá mucho de las expectativas electorales, especialmente luego de las PASO. Un escenario con expectativas de triunfo del PRO implicará una mayor probabilidad de una devaluación más importante del tipo de cambio oficial y una brecha cambiaria menor. La expectativa de un triunfo del oficialismo debería traer como consecuencia una menor expectativa de devaluación del dólar oficial pero la permanencia de una mayor brecha cambiaria”, razona.

Cohan, en cambio, cree que las brechas tenderán a ir reduciéndose. “Las primas cambiarias están recibiendo en estos días el impacto pleno de la incertidumbre electoral, que abre posibles escenarios muy dispares para el año próximo. Sin embargo, creo que los dos candidatos con más chances (Scioli y Macri) agudizan sus aparentes diferencias por cuestiones simplemente tácticas, y que al avanzar el año el discurso tenderá a alejarse de los extremos en ambos casos (continuidad en el primer caso, y shock en el segundo). En ese caso, esperaría que regrese la tendencia decreciente que vimos en las brechas durante el primer semestre del año, acercándose a nuestra proyección más probable de 20% a fin de mandato y 15% a fin de año”, le dijo a El Economista. ¿Habrá un ajuste cambiario en 2016?

“Habrá un intento de que mejore el tipo de cambio real y eso sería mayor con el PRO que con el oficialismo en el Gobierno. Pero será difícil que se pueda lograr una mejora importante del tipo de cambio real en ese año debido a la persistencia de una inflación elevada causada por el ajuste cambiario y la necesidad de ajustar las tarifas”, dice Del Villar. “En términos de 'dólar libre', el PRO implica una menor brecha o su eliminación en el marco de un mayor ingreso potencial de capitales. Con el oficialismo la brecha será mayor, consecuente con una oferta de divisas más reducida. En ambos casos con niveles de las tasas de interés en pesos claramente por encima de los actuales”, razona.

Según Cohan, hay tres escenarios posibles: “Como en el caso de las brechas, la proyección de dó- lar oficial de 2016 incorpora no solo la incertidumbre electoral sino las posibles estrategias de los posibles ganadores. Hoy trabajamos con tres escenarios. Uno de continuidad, de baja probabilidad, en la que el Gobierno insista con el anclaje del tipo de cambio, con un dólar de $12 a fin de 2016; uno de terapia de shock, también poco probable, con un dólar a $ 16 y, finalmente, el que creemos más probable, que es un caso intermedio con una estrategia gradualista y un dólar a $ 13, ganándole unos puntos a la inflación”.

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