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Diálogos after office

El periodista (P) dialogó con un veterano economista (E) de la city porteña

06 abril de 2017

El periodista (P) dialogó con un veterano economista (E) de la city porteña

Periodista: Lousteau de regreso. ¿Sorprendido o no?

Economista: No, para nada. Yo esperaba que regrese antes. El futuro de su carrera política se juega en la Ciudad, y no como un subordinado a Macri.

P: ¿Incide en la economía la renuncia de Lousteau?

E: Para Cambiemos es una mala noticia, pero nadie se sorprendió. A fines del año pasado se despachó en televisión con críticas muy duras al estilo y armado de la gestión de Cambiemos. No diferían de la opinión de consenso fuera del Gobierno, y se lo veía destilando cierta decepción.

P: ¿Irá otro economista en su lugar?

E: Se lanzaron varios nombres al voleo, incluso el de un ministro de alto perfil, pero nadie lo sabe.

P: ¿Y cómo viene la economía?

E: Algunos brotes verdes vuelven a asomar. Al festín especulativo se suma ahora el impacto positivo del agro y la obra pública. Este trimestre y el próximo deberían ser los mejores de los últimos 2 o 3 años. Si no, el panorama para octubre-diciembre se puede complicar mucho.

P: ¿Por las expectativas de los inversores?

E: Un poco por ahí, y otro poco por el no cambio. Tanto dentro como fuera del país se sigue viendo que en materia fiscal y regulatoria no habrá avances si no aumenta el peso del oficialismo en el Congreso.

P: ¿Dónde ve el “no cambio”?

E: En la política fiscal, además de este gradualismo realmente inconducente. El déficit fiscal más el cuasifiscal del BCRA están lejos de cualquier sendero sostenible.

P: El presidente del BCRA dice que no hay atraso cambiario.

E: Eso depende del punto de partida para hacer comparaciones. Si medimos contra diciembre de 2015 el tipo de cambio real está mejor, pero si se compara con enero de 2016, el atraso es indiscutible y no se ve recuperación. Además, la presión bajista de este semestre era de esperar: llueven dólares vía deuda pública, blanqueo, soja?mucha liquidez y alegría para los bancos, pero no para la industria.

P: ¿La inflación?

E: Por ahora en torno del 2% mensual y postergando ajustes en combustibles y transportes. La baja de naftas y gasoil es transitoria, aunque enfrió el “péguenle a Aranguren”.

P: El ministro de Hacienda ayer dijo que el Gobierno le empezó a torcer el brazo a la inflación.

E: Veremos que publicará el Indec, pero todavía no vemos desinflación. La verdad es que fue un trimestre para olvidar.

P: Pero las expectativas de los bancos del exterior son auspiciosas, también la de las calificadoras de riesgo: Standard & Poor's subió la nota a la deuda argentina.

E: De acuerdo. Pero esa decisión es a partir del abandono del modelo kirchnerista. A mi juicio la suba de la nota llega atrasada. Debía haber sido otorgada el año pasado pero, mientras tanto, lo rentable es el “carry trade”.

P: ¿Qué inflación proyectan ustedes para 2017?

E: Entre 23% y 25% para este año.

P: ¿Y la actividad económica?

E: No vemos factible un crecimiento superior a 2,5%. Requiere un boom de inversiones que debería comenzar a más tardar en junio y sostenerse al menos hasta noviembre. Con estas tasas de interés, y la incertidumbre sobre las PASO y las legislativas, habrá reacción positiva, pero no un boom.

P: ¿No habría cambio de tendencia?

E: Salvo alguna sorpresa, los desbalances macro seguirán al menos hasta mediados del año que viene. La verdadera batalla es la del ajuste fiscal, y no la quieren librar.

P: Pero estaría lista una propuesta de reforma tributaria y un proyecto de Ley de Responsabilidad Fiscal para fin de año.

E: Mire, si el núcleo de eso es el estudio que le encargó el ministro de Hacienda a una fundación, que renuncie y le entregue el cargo al economista jefe de esa fundación. Mientras tanto, el tiempo ya pasó y en los dos primeros meses de su gestión los números fiscales han sido horribles.

P: ¿Usted quiere un ajuste antes de fin de año?

E: El ajuste lo está haciendo el sector privado. La farra fiscal iniciada en 2007 no evitó acumular 15 millones de pobres, atraso tecnológico y problema serios de competitividad. Uno de los síntomas externos es el déficit fiscal. Mientras no se reduzca, la presión sobre el tipo de cambio va a retornar, y ya hacia el tercer o cuarto trimestre de este año.

P: ¿Cuándo se despertaría el dólar?

E: Cuando algunos grandes inversores encuentren opciones más rentables que el “carry trade” con papeles argentinos. Eso hará descender las reservas presionando hacia la suba del dólar. Es ahí en que no habrá muchas opciones alternativas a un programa de estabilización en serio.

P: ¿Y si no se aplica un ajuste fiscal?

E: Ajustará el mercado local, con contracción de la actividad económica. El déficit permanente, y en aumento, es incoherente con detener la inflación de bienes no transables y mejorar el tipo de cambio real. Luego de varios años así, más déficit, inflación y atraso cambiario conducirá a la quiebra de cada vez más sectores que pierden competitividad, y a nuevas olas de despidos. Es imposible una mejora permanente del tipo de cambio real sin un ajuste fiscal. No es ideología, es aritmética. Cuando escucho y leo a algunos horrorizados por lo que llaman “devaluación fiscal”, la verdad cuesta creer que sean economistas.

P: ¿Cuál sería la salida?

E: Hay dos: una es la desprolija, vía una estampida de tasas de interés, y quizá algún salto del dólar, que forzará a abandonar en algún momento el “dolce far niente” de estos meses. La otra: un programa de ajuste con cierto déficit de única vez a ser financiado con algún préstamo de organismos internacionales o gobiernos. No son caminos muy agradables, pero no haber ajustado cuando se contaba con mayor poder y predicamento político ha sido, en mi opinión, un error, y no un acierto. El error de timing ha sido grosero, y ya no hay forma de repararlo sin costos.

P: ¿No necesitaría controles de precios?

E: Es complicado. Ya la experiencia de los precios transparentes muestra que falta equipo para ese tipo de estrategia. Y le recomiendo la lectura de la nueva resolución sobre ese tema. La verdad tampoco la pude entender. Me parece que otra vez puede haber confusión general.

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