Devconnect: Vitálik Buterin y 25.000 hackers invaden Buenos Aires, ¿la nueva capital mundial de las cripto?
Buenos Aires está viviendo una de esas semanas que después se recuerdan con un "¿te acordás cuando la ciudad se llenó de hackers?". Entre jacarandás en flor, mochilas cargadas de notebooks y stickers de Ethereum, la capital argentina se convirtió, al menos por unos días, en la capital mundial de la cultura cripto.
La excusa se llama Devconnect, algo así como la feria mundial de Ethereum, que arrancará este lunes 17 y se extenderá hasta el sábado 22 de noviembre, de 10 a 20 horas.
El evento toma por asalto el predio de La Rural, en pleno Palermo. Durante seis días, el lugar se transforma en una suerte de expo mundial cripto. Exhibiciones en vivo de aplicaciones sobre blockchain, espacios de coworking, hubs temáticos y una narrativa bien clara hacia afuera: mostrar cómo Ethereum ya no es una promesa abstracta, sino una infraestructura que empieza a meterse en la vida cotidiana.
Las cifras acompañan la sensación de "algo grande": se esperan más de 10.000 asistentes de 130 países, con una audiencia dividida casi en mitades entre extranjeros y argentinos. Si se suman los side events, conferencias paralelas y toda la fauna que viene "por la suya", en el ecosistema hablan directamente de hasta 25.000 hackers y programadores deambulando por la ciudad.
Vitálik Buterin, el nuevo "ministro de Turismo" porteño
La apertura de Devconnect dice mucho del tono del evento. El lunes, a las nueve de la mañana, un show especial abre la jornada y enseguida aparece en escena Vitálik Buterin, cofundador de Ethereum, referente máximo del ecosistema y, sin proponérselo, un inesperado promotor turístico de Buenos Aires. No es la primera vez que viene. En una de sus visitas, recordemos, pasó por la villa 31.
En X ya circula la ironía: "Vitálik hizo más que el Gobierno para promover el turismo". Y alcanza con mirar los posteos de estos días para entender por qué.
Los asistentes suben fotos de jacarandás violeta, bifes de chorizo con papas a caballo, medialunas, plazas soleadas llenas de gente y noches eternas en Palermo. Hay hilos en inglés que la describen como "the coolest city on Earth right now", mensajes en francés sorprendidos por los precios y posteos en coreano recomendando cafés de especialidad.
La ciudad, en la narrativa cripto, aparece como un combo difícil de igualar: hermosa, intensa, relativamente barata en dólares y con una vida social que, para muchos, se siente inagotable.
Maslaton y el bull market urbano de Buenos Aires
Uno de los que leyó este fenómeno como si fuera un gráfico de trading fue Carlos Maslaton, histórico fanático de la Ciudad de Buenos Aires. A propósito del aluvión de posteos elogiosos, escribió que no sabía si las opiniones de los visitantes eran espontáneas o parte de una campaña orquestada. Pero enseguida aclaró que, aun si lo fueran, le parecían "excelentes y muy bien pensadas".
En su estilo, planteó que Buenos Aires vivió un "bear market correctivo" entre marzo de 1981 y noviembre de 2021, y que esa larga caída ya terminó. A partir de ahora, dice, empieza un ciclo bullish urbano: resurgirá la vida nocturna "como en los viejos tiempos", mejorarán calles y espacios públicos, y los edificios históricos se reciclarán. La ciudad, con todas sus fallas, seguiría siendo invencible en dos rubros: la cultura y el arte en todos los niveles, y la calidez social con el extranjero (más allá de algunos episodios, menores, de discriminación en redes).
Devconnect encaja perfecto en esa lectura. Es el catalizador que pone a Buenos Aires bajo la lupa global justo en uno de sus meses más lindos, con primavera avanzada y jacarandás explotados. Y además lo hace ante una audiencia muy particular: jóvenes programadores, emprendedores, inversores y curiosos con un nivel altísimo de amplificación digital.
Siri, la crítica a los medios y un momento "histórico"
La otra frase que ordenó el clima de estos días la puso Santiago Siri ("el Maslaton cheto", según palabras de Marcos Galperin), uno de los pioneros cripto argentinos. Definió a Devconnect como "histórico" y habló de una ciudad "colapsada" por la llegada de 25.000 hackers y programadores, muchos de ellos entre las mentes más brillantes del planeta en software, criptografía y sistemas distribuidos.
Su diagnóstico apunta a una desconexión: mientras en Palermo y alrededores hay workshops, hackatones y charlas técnicas sobre el futuro de la web abierta, una parte importante de los medios sigue concentrada en chismes de cabotaje, internas de la política local y temas de muy corto plazo. "Lo que está ocurriendo ahora es histórico y el legado que deja va a ser inmenso", escribió. La frase resume el dilema: Devconnect no es solo un evento tech; es también un espejo incómodo para los que miran para otro lado.
Palermo, La Rural y una ciudad tomada por side events
El diseño de Devconnect escapa al formato clásico de "keynote + paneles". La Ethereum Foundation lo concibe como un paraguas que contiene decenas de espacios: hubs temáticos, zonas comunitarias, coworkings abiertos toda la semana, charlas sobre DeFi, identidad, gaming, arte on-chain, cripto e inteligencia artificial. La Rural es el corazón de la operación, pero el evento se desborda por toda la ciudad.
Palermo actúa como epicentro natural. Cafés y bares llenos de notebooks, coworkings reservados en inglés y español, fiestas cripto que empiezan como meetups y terminan con DJs, y side events que se multiplican en hoteles, terrazas y centros culturales. Alrededor de la Feria Mundial de Ethereum hay más de 300 actividades satélite: desde sesiones ultra técnicas hasta encuentros culturales y city tours pensados para los visitantes.
Dentro de la agenda oficial se destaca también ETHCon Argentina, la conferencia local de Ethereum, que el 18 de noviembre concentra en La Rural a estudiantes, desarrolladores, emprendedores y empresas hispanohablantes que quieren entender qué está pasando alrededor de la red en el país.
Turistas cripto, dólares frescos y el sueño de la visa nómade
Devconnect no solo tiene impacto simbólico. Mueve plata real. Miles de visitantes alquilan departamentos y habitaciones de hotel, llenan restaurantes de Palermo, Recoleta y Chacagiales, contratan transporte y consumen cultura. Los hoteles muestran ocupaciones inusuales para noviembre; y las reservas en inglés y otros idiomas se convirtieron en postal cotidiana.
Los más aventureros, incluso, se fueron hasta la Patagonia.
En ese contexto volvió a escena una discusión que ya estaba sobre la mesa antes de la feria: la necesidad de una visa para nómades digitales competitiva. "Insisto: visa para nómades digitales y la sacamos del estadio", escribió Felipe Mendiguren, sintetizando la idea de aprovechar la vidriera Devconnect para empujar una política más estable de atracción de talento global.
La lógica es directa. Si Buenos Aires puede enamorar en una semana a decenas de miles de programadores y emprendedores que hoy se reparten entre Lisboa, Ciudad de México, Berlín o Bali, ¿por qué no pensar en convertir parte de ese flujo en algo menos esporádico? Una visa clara, procesos simples, incentivos inteligentes y una narrativa potente podrían transformar el "viaje por un evento" en estadías más largas, más consumo y más proyectos anclados en la ciudad.
De país cripto a ciudad consagrada
Nada de esto ocurre en el vacío. Argentina lleva años en los primeros puestos de adopción cripto en América Latina, empujada por una combinación muy local: inflación persistente, creatividad financiera, talento técnico y una cultura fintech que se expandió rápido. Para buena parte de la comunidad global, Buenos Aires ya era un polo cripto antes de Devconnect.
La Feria Mundial de Ethereum, organizada por la Ethereum Foundation, funciona como una especie de consagración oficial de ese vínculo. Para los visitantes, Buenos Aires aparece como una ciudad hermosa pero áspera, barata pero sofisticada, caótica pero energizante. Para los locales, Devconnect es la prueba de que, incluso en medio de la crisis macroeconómica, la ciudad sigue teniendo algo que ofrecerle al mundo: cultura, tecnología y una vida social que no entra en ningún white paper.
Cuando Vitalik y compañía se vayan, La Rural vuelva a su calendario habitual y los jacarandás empiecen a perder sus flores, quedará la pregunta de fondo: ¿fue solo una semana inolvidable o el inicio de una etapa nueva, en la que Buenos Aires se asuma de manera más explícita como hub tecnológico, cripto y cultural del sur global?
Por ahora, la respuesta está en los timelines de quienes vinieron. Y todos cuentan lo mismo: Buenos Aires está en pleno bull market. Esta vez no lo marcan las velas de TradingView, sino las stories y los hilos escritos desde Palermo.