Los jugadores de la Premier League lanzaron una iniciativa llamada #PlayersTogether, que canalizará parte de sus salarios al Servicio Nacional de Salud para apoyar a los trabajadores de primera línea del Reino Unido durante la crisis del coronavirus.
La decisión llegó tras una prolongada discusión entre jugadores, clubes e incluso funcionarios del gobierno sobre quién debería soportar la peor parte de los ingresos perdidos en medio de la pandemia.
Gracias al papel singular que juega el fútbol en la cultural nacional del Reino Unido, este debate tomó el centro del escenario durante semanas. La pregunta central: ¿deberían los jugadores iniciar recortes salariales para ayudar a sus clubes a controlar las pérdidas? ¿O deberían continuar pagándose en su totalidad, permitiéndoles donar esos fondos directamente a los más necesitados?
La liga quería recortar hasta el 25% de los salarios de los jugadores, mientras difería un 15% adicional hasta que la crisis disminuya.
Los jugadores, en tanto, no querían recortes, solo aplazamientos, argumentando que reducir los salarios ahora significaría menos efectivo disponible para donar, así como una reducción significativa en los impuestos pagados, lo que ayudaría a los trabajadores que más lo necesitan.
Funcionarios gubernamentales como el secretario de Salud del Reino Unido, Matt Hancock, querían que las estrellas de la Premier League "recortaran los salarios y desempeñaran un papel central en esta historia".
Entre líneas, hay una parte afectada más: los empleados de los clubes que no juegan, cuya participación juega un papel clave.
Newcastle y Tottenham decidieron suspender a la mayoría de sus empleados, por lo que el gobierno tiene la responsabilidad de apoyarlos por el momento.
La Premier League es una de las ligas más rentables del mundo, con ingresos anuales de más de US$ 5.000 millones, pero sus jugadores apenas constituyen la población de la nación extremadamente rica. De hecho, había cerca de 2.5 M de millonarios en el Reino Unido en 2019, según el informe de World Sualth de Credit Suisse .
A medida que crecía la ira del público sobre cómo los futbolistas usarían su riqueza para apoyar a los necesitados, vale la pena pensar por qué los innumerables individuos ricos que no son deportistas se salvaron de ese debate.
