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Oportunidad para acuerdos después de las elecciones

Desde el 15 de noviembre, el Gobierno no tendrá otro camino que el de mantener el giro moderado que inició luego de las primarias

Para progresar, hacen falta lograr algunos acuerdos que aseguren la continuidad
Para progresar, hacen falta lograr algunos acuerdos que aseguren la continuidad Archivo
Augusto Milano 06 octubre de 2021

Pare crecer, Argentina necesita más inversión y más empleo. Sin expansión de la economía, no se reducirá la pobreza. Es una condición necesaria, aunque no suficiente, pero sería importante, al menos, en empezar a hacer lo necesario. 

Para progresar, hacen falta lograr algunos acuerdos que aseguren la continuidad de políticas y de reglas de juego.  El sistema político está consolidado y por lo tanto no son necesarios pactos fundacionales. Tampoco  hacen falta definiciones grandilocuentes como las siempre invocadas  “políticas de Estado”. Se trata de buscar acuerdos en torno de medidas para enfrentar algunos problemas concretos y con metas claramente definidas.

Para que haya acuerdos son necesarias dos condiciones: actores políticos moderados dispuestos a lograrlos y el marco institucional adecuado para concretarlos.

Luego de las elecciones del 14 de noviembre pueden darse ambas condiciones y eso es motivo de optimismo. Cualquiera sea el resultado, el Gobierno no tendrá otro camino que el de mantener el giro moderado que inició luego de la derrota en las primarias. Porque no se radicaliza el que quiere sino el que puede.

Ahora no existen las condiciones políticas ni están los recursos económicos porque no hay financiamiento disponible para pensar en una radicalización de la estrategia del Gobierno. La distribución del voto en noviembre también será clave porque no es lo mismo en términos de la correlación de fuerzas interna del oficialismo que gane o pierda en la provincia de Buenos Aires, principal bastión del kirchnerismo.   

En el caso de la oposición, los resultados de las primarias consolidaron a figuras como Horacio Rodríguez Larreta que considera que sus chances en 2023 están más asociadas a un perfil dialoguista que a la exacerbación de la grieta. Por otra parte, el resultado de las elecciones le quitaría sustento a los discursos extremista que sostienen que Argentina va camino a convertirse en Venezuela. 

Si se consolidan las visiones moderadas en cada una de las coaliciones, estarán dadas las condiciones para avanzar en acuerdos.

Luego de las elecciones, si se repiten los resultados de las primarias, pueden darse también las condiciones institucionales. Sería la consecuencia de que ninguna fuerza política tendrá los votos propios suficientes para aprobar sus iniciativas en el Congreso. La legislación sólo podrá avanzar como consecuencia de acuerdos. Un Congreso fragmentado, lejos de ser un problema, es una oportunidad para la búsqueda de acuerdos si hay voluntad por parte de los actores políticos para lograrlos. 

La requerida aprobación por parte del Congreso de un eventual acuerdo con el FMI sería un paso relevante en ese sentido. Un tema muy debatido en estos días, como el de la reforma del régimen laboral,  debería encararse con voluntad de diálogo. Sin objetivos fantasiosos ni reflejos corporativos, pero discutiendo abiertamente qué pasos podrían darse para que Argentina genere 250.000 empleos registrados en el sector privado en cada uno de los próximos dos años. 

También habría que hacer esfuerzos para acordar políticas que emitan señales claras para los sectores productivos en materia tributaria y cambiaria y que den un marco estable para las distintas actividades. En todos los casos se trata de acuerdos sobre temas concretos y acotados, pero que permitan definir el rumbo del país con una visión positiva.

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