Elisa Carrió, que suele atribuirse una papel más relevante del que en realidad tuvo en la formación de Cambiemos, se permitió castigar a varias de sus figuras con dos temas extremadamente sensibles para la coalición opositora.
En primer lugar dejó expuestas sus diferencias con otros integrantes de JxC lo que le resta fuerza al argumento de muchos dirigentes de de la oposición que sostienen que son las diferencias internas en el oficialismo las que impiden solucionar los problemas del país y dificultan la posibilidad de un diálogo político porque “antes de hablar con nosotros tienen que ponerse de acuerdo entre ellos” repiten muchos cambiemitas.
En segundo lugar, erosiona el cuestionamiento más permanente de JxC al kirchnerismo que es vincularlo a la corrupción porque ahora Carrió apuntó a varias figuras de su espacio por prácticas ilegales o al menos poco éticas o contradictorias desde el punto de vista político.
Las respuestas de sus socios no se hizo esperar y en ese punto no hubo matices porque el rechazo fue unánime.
Las declaraciones de Carrió no sólo sacuden a JxC sino también al FdT, porque muchas de sus críticas apuntan a la amistad de dirigentes opositores con Sergio Massa que es un argumento que pueden utilizar en contra del tigrense los que en el oficialismo lo miran con recelo.
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