Las internas dentro del oficialismo están a flor de piel y eso empieza a pasarle factura al dólar. Al menos así lo entienden en el Ministerio de Economía que por estos días dejaron trascender que las "operaciones" del mismo Gobierno están complicando la gestión económica.
La última tuvo que ver con el rumor acerca de que Sergio Massa estaba evaluando un desdoblamiento cambiario ante la evidente escasez de dólares. Dentro de su círculo íntimo desmienten que el titular del Palacio de Hacienda haya pensano en esa alternativa y le apuntan al mismísimo Alberto Fernández por esa "operación".
Según se escucha por estas horas, el equipo económico cree que el Presidente gestionó que apareciera ese trascendido en los medios. Algunos incluso señalan al Jefe de Gabinete de Asesores, el ex Syngenta Antonio Aracre, como el funcionario enviado por Alberto para "filtrar" esa información entre periodistas (el primero que lo publicó fue Jorge Lanata en Clarín).
Así, en el entorno de Massa dicen que la suba de los últimos días de los dólares paralelos tiene que ver con un operativo desgaste de Fernández para esmerilar la figura del ministro, el candidato que tiene Cristina Fernández de Kirchner para encabeza la lista del Frente de Todos.
Los ruidos en torno a esto hicieron que el dólar blue cerrara en $394, pero en el interior ya se pagaba $400. Se acerca al dólar CCL que se utiliza para fugar capitales y que ya ronda los $400. La visión de Economía es que el costo de la interna oficialista y el hecho de que se empiecen a tirar versiones de desdoblamiento (lo que sería la antesala para una devaluación) empiojaron las cosas.
Tampoco ayuda que el BCRA sea un "colador" y pierda divisas todos los días. El martes vendió US$ 99 millones y el saldo negativo de marzo superó los US$ 1.200 millones mientras que en el año el rojo por la intervención cambiaria alcanza los US$ 2.320 millones.
Sea como fuere, es sabido que el Presidente viene corriéndose de los resultados económicos desde que llegó Massa a Economía. "Fue un dato malísimo", dijo, particularmente sincera, la vocera presidencial cuando se conoció el 6,6% de febrero.
Es vox populi que Alberto quiere ser candidato a la reelección y desafiar a Cristina y La Cámpora. En ese sentido, Massa es el candidato a vencer. Y quien venza al ministro no necesariamente tiene que ser una persona, al menos no en esta instancia, sino más bien la realidad económica. ¿Juega Alberto a la crisis para forzar a que Massa se baje? Eso es lo que piensa el círculo íntimo del ministro, algo que fue charlado a su regreso de Panamá con el primer mandatario.
Pero la interna feroz viene desde hace ya un tiempo, con el Presidente que se siente lejano a la gestión y enfocado día a día a la campaña. En supuestos chats con el periodista Roberto Navarro, Alberto ya había deslizado su intención (ahora sí) de vengarse de Cristina y La Cámpora. En su momento, habló de "terminar con los 20 años del kirchnerismo" y puso en duda que el plan Massa pueda llegar a ser exitoso porque "la tiene muy complicada" para bajar la inflación.
Así, la interna oficialista le pone más temperatura a una economía que viene empeorando. A la sequía histórica que le restará US$ 25.000 millones a la cosecha se le suma ahora el ruido que genera el déficit fiscal por segundo mes consecutivo. Parece inevitable que se incumplan los pilares del acuerdo con el FMI.
Massa, por ahora, se aferra a su "plan llegar" pero cada vez la marea lo aleja de la orilla. En el sector privado miden los resultados y le bajan el pulgar al ministro que sacó "conejos de la galera", pero que ya va perdiendo la "magia".
"Con Sergio Massa como primer ministro extraoficial, en febrero pasado se aceleró la inflación al 6,6% mensual, al 13,1% bimestral y al 102,5% anual, y no hay ni programa económico ni lucha eficaz contra ella", dice Juan José Llach, profesor emérito del IAE Business School.
