Por Pablo Varela
“Ya está todo listo”. Así resumió un diputado de la bancada oficialista ante El Economista el estado de situación en el que se encuentra el nuevo proyecto de Biocombustibles, en el que ha trabajado el jefe del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, y cuya presentación es inminente.
Luego de varias semanas de negociaciones, ayer terminó de pulirse la redacción y aparentemente estarían los consensos para poder avanzar en la norma que establece el porcentaje de corte a las naftas tradicionales, con combustible derivado de granos. El encargado por parte del FdT de sondear los consensos fue el santafesino Marcos Cleri. La elección de Cleri como punta de lanza para buscar los votos, no es aleatoria. Santa Fe es la principal productora de biocombustibles del país.
Hasta ayer, no había precisiones sobre cuándo sería la convocatoria a la Comisión de Energía, la que está presidida por el mendocino, Omar Félix y que será la encargada de dar el debate.
Desde el oficialismo, han presentado la iniciativa como beneficiosa para el sector pyme. Dicho argumento ha sido rechazado por sectores de la oposición que esgrimen que ha habido una fuerte presión por parte de empresas petroleras, sumado a un falso debate sobre la posibilidad de que el contexto internacional de suba en el precio de las commodities, se cuele en el precio de la nafta que pagan los consumidores.
En las últimas semanas, ha habido varios pedidos tanto de empresas productoras como de representantes políticos de la región central para que se tratase la prórroga del actual marco normativo, la que tiene media sanción por parte del Senado por unanimidad. La actual ley, vence el próximo 12 de mayo por lo que los tiempos apremian.
En el FdT argumentan que el nuevo proyecto elimina aspectos judiciables del actual marco normativo. Y es que el año pasado, algunas empresas se presentaron ante la Justicia para que la Secretaría de Energía fijase el precio de la tonelada de biocombustible tal como establece la ley, por incumplimiento del organismo.
Según las todas fuentes consultadas, la provincia se vería más perjudicada es la de Córdoba, en cuyo territorio están las plantas más importantes de bioetanol derivado de maíz. El porcentaje de corte, se reduciría al 2% para aquellas empresas vinculadas a la exportación mientras que otro 2% es para las pymes.
“Los cordobeses defendemos la producción y el empleo con uñas y dientes, porque nos costó mucho lograrlos”, sostuvo días atrás el gobernador Juan Schiaretti. Un dardo dirigido a la Casa Rosada.
Además de la baja en general del nivel de corte, los bloques federales señalan críticamente el rol que se le otorga a la Secretaría de Energía. “El nivel de discrecionalidad que se le otorga a la autoridad de aplicación es tal, que invalida la propia ley”, señaló el diputado de Consenso Federal, Alejandro Rodríguez ante El Economista.
La situación con la provincia de Tucumán sería distinta, dado que se le respeta el nivel de corte actual (6%) al bioetanol derivado de caña de azúcar, por lo que los legisladores de la provincia norteña acompañarían la iniciativa. El argumento, es que lo producido con caña de azúcar no es exportable.
En el oficialismo, creen que podrían contar con votos incluso de algunos diputados de Juntos por el Cambio, sobre todo aquellos de las provincias patagónicas y productoras de hidrocarburos. Los mismos que semanas atrás no prestaron quórum ante la convocatoria de sesión especial para tratar la prórroga.
