El politólogo Andrés Malamud, en diálogo con El Economista, analizó el panorama electoral de cara a las PASO y con las elecciones provinciales como antecedente.
El analista también se refirió a la carta de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en la que ratificó que no sería candidata y que obliga a Juntos por el Cambio a reconfigurar estrategias en medio de una interna entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta que parece moderarse ante los resultados de las encuestas.
A los jugadores ya conocidos, se suma Javier Milei. El candidato crece en las encuestas pero su débil, por no decir nulo, armado territorial y su negativa a acordar con "la casta" vuelven incierta su gobernabilidad.
¿Qué conclusiones podría sacar de las elecciones provinciales? ¿Por qué no se podrían extrapolar los resultados a las elecciones nacionales?
La política provincial es estable y la nacional, turbulenta. Cada 24 elecciones para gobernador, en 20 gana el oficialismo. A nivel nacional la alternancia es más probable. Las razones del desacople son dos: la cercanía (de los gobernadores) y la responsabilidad (de los presidentes sobre la economía).
¿Qué lectura hace de la carta que publicó en sus redes sociales Cristina?
Cristina ratificó que no será candidata. Hay dos explicaciones posibles: tiene miedo de perder o tiene miedo de ganar. En el primer caso, quiere ahorrarse la humillación; en el segundo, el fracaso.
¿Por qué miedo al fracaso?
Porque no lograría gobernar este país.
La decisión de no ser candidata y de apoyar eventualmente a otra fórmula, ¿"decepciona" de alguna manera a su electorado, a su núcleo duro?
Cristina no puede decepcionar al núcleo duro del kirchnerismo porque ella es el núcleo duro del kirchnerismo. Ella, no el programa ni el candidato, es la razón de ser de ese grupo.
¿Por qué Milei pudo recoger cierto descontento social canalizado históricamente por la izquierda? ¿Por qué la izquierda no pudo hacerlo?
El hartazgo se siente en las tripas, no en el cerebro. La izquierda argentina es racional y aburrida.
¿Piensa que La Libertad Avanza puede convertirse en un partido duradero y formalmente institucionalizado? ¿Por qué?
La Libertad Avanza no muestra condiciones de permanencia: no arma en el territorio ni construye estructura nacional. Si Milei gana las elecciones, forma una coalición con la casta, cierra el Congreso o le hacen juicio político.
¿Cree que hay una suerte de derechización en la sociedad argentina? ¿Por qué?
Hoy existe hartazgo con el Estado y, consecuentemente, una reivindicación de la salvación personal. La causa no es el aumento del egoísmo sino el fracaso del Estado.
Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta acordaron que el PRO tenga un solo candidato en la Ciudad y que haya PASO en la Provincia de Buenos Aires, ¿podría ser un primer paso hacia la unidad entre ambos o fue mero cálculo electoral?
Larreta y Bullrich acordaron las condiciones de competencia, no los términos de rendición.
¿En qué lugar queda el radicalismo en este contexto de internas en Juntos por el Cambio?
No hay radicalismo, hay radicales. Cada tribu responde a un territorio provincial salvo Evolución, que es una línea nacional, y Facundo Manes, que es un dirigente transversal.
