“Lo que haya que hacer, hagámoslo rápido”, le dijo Miguel Angel Pichetto a Julio Cobos la madrugada en la que el Senado debatía la 125. Cobos esperaba una última negociación entre los bloques para evitar llegar al que sería su célebre voto de desempate.
Muchos años después se vuelve a imponer esa lógica y el Senado se apresta a darle un rápido tratamiento al acuerdo con el FMI. Parecería que no tiene sentido postergar una definición sobre el que todos los sectores se han pronunciado y cuyo resultado se descuenta. ¿Para qué demorarlo entonces?
Con ese criterio, el ministro Martín Guzmán concurrirá al Senado el lunes, el martes podría haber despacho de la Comisión de Presupuesto y el miércoles se trataría en el recinto si dos tercios de los senadores aceptan hacerlo, aunque no se hayan cumplido con lo siete días que el reglamento de la cámara pide que “en lo posible” transcurran entre el despacho y su debate en el plenario.
Todo indica que Cristina Kirchner compartiría esa estrategia por cuanto no tiene sentido prolongar el tratamiento parlamentario de un tema en el que la línea que ella representa no tiene nada para ganar.
Según los primeros conteos, la mayoría de los senadores del FdT votarían a favor del acuerdo y lo mismo harían la totalidad de los legisladores de Juntos por el Cambio y los que pertenecen a fuerzas provinciales, por lo que se aprobaría con una amplia mayoría.
