Según diversas fuentes, el presidente de China, Xi Jinping, realizó su primera visita conocida al banco central del país desde que asumió la presidencia hace una década.
Xi, junto con el viceprimer ministro He Lifeng y otros funcionarios gubernamentales, visitaron el martes el Banco Popular de China (PBOC) y la Administración Estatal de Divisas (SAFE) en Pekín.
El propósito de la visita no se conoció de inmediato, pero se dio en un momento en el que la segunda economía más grande del mundo creció más rápido de lo esperado en el tercer trimestre.
Específicamente, creció 4,9% interanual y, aunque la cifra representó una desaceleración respecto al 6,3% del trimestre anterior, superó ampliamente el 4,5% pronosticado por los analistas.
Sin embargo, aún existen preocupaciones más profundas sobre la continua debilidad de la actividad del sector privado y la falta de reformas a largo plazo necesarias para orientar la economía hacia un crecimiento impulsado por el consumo.
Algunos asesores gubernamentales recomiendan que China eleve su objetivo de déficit presupuestario para 2024 más allá del 3% del PIB, lo que le permitiría emitir más bonos para reactivar la economía.
Esto se debe a que el Banco Popular de China, que realizó modestos recortes en las tasas de interés y ha inyectado más efectivo a la economía en las últimas semanas, tiene ciertos límites a la hora de flexibilizar su política monetaria por el temor a avivar la fuga de capitales y dañar al yuan.
Las salidas de capital de China aumentaron bruscamente a US$ 75.000 millones en septiembre, la mayor cifra mensual desde 2016.
