Tal como se preveía, Nayib Bukele obtuvo un contundente triunfo en las elecciones presidenciales de El Salvador, por lo que continuará gobernando durante otros cinco años más.
Según la Constitución, Bukele no podía ir en busca de su reelección. Sin embargo, gracias a una reinterpretación de la Corte Suprema, se determinó que podía ser candidato, siempre y cuando se tomara una licencia o renunciara a su cargo en los últimos 6 meses de su mandato.
Por ello, pese a las denuncias de erosión de la democracia, Bukele obtuvo el triunfo gracias a su efectiva lucha contra las pandillas y el crimen organizado.
De acuerdo con los resultados oficiales, Bukele obtuvo más del 80 % de los votos, lo que además le permitió convertirse en uno de los primeros oficialismos en ser reelectos desde la aparición de la pandemia del coronavirus a principios de 2020.
Además, se espera que su partido Nuevas Ideas gane casi todos los 60 escaños del cuerpo legislativo, fortaleciendo su control sobre el país y otorgándole aún más influencia.
En conjunto, la oposición quedó pulverizada. "El Salvador pasó de ser el país más inseguro al más seguro. Ahora en estos próximos cinco años esperemos a ver qué vamos a hacer", dijo Bukele tras confirmarse su triunfo.
Desde que Bukele llegó al poder, allá en 2019, la tasa de homicidios en El Salvador pasó de más de 100 cada 100.000 habitantes, a la actual 2,3.
Sin embargo, para lograrlo tomó polémicas medidas, como la suspensión de las libertades civiles para arrestar a más de 75.000 salvadoreños sin cargos.
"Entonces, si ya superamos nuestro cáncer, con metástasis que eran las pandillas, ahora solo nos queda recuperarnos y ser la persona que siempre quisimos ser", dijo Bukele al respecto.
Pero ahora el gran temor es que Bukele ejerza un poder sin precedentes y pueda reformar la constitución de El Salvador, lo que desembocaría en la eliminación de los límites de mandato.
Al respecto, Bukele dijo que "no creía que una reforma constitucional fuera necesaria", si bien no respondió directamente a preguntas sobre si intentaría postularse para un tercer mandato.
Por el momento, el mayor desafío del mandatario en su segundo mandato será la economía, que es la de crecimiento más lento de Centroamérica desde que llegó al poder.
Actualmente, más de una cuarta parte de los salvadoreños viven en la pobreza, la pobreza extrema se ha duplicado y la inversión privada se ha desplomado bajo su gobierno.
