Según diversas fuentes, Tesla habría cancelado la producción del vehículo económico que había prometido desde hace mucho tiempo y con el que los inversores contaban para impulsar el crecimiento de la empresa hasta convertirse en un fabricante de automóviles de mercado masivo.
Durante mucho tiempo, Elon Musk, fundador de Tesla, había dejado en claro que su gran objetivo era producir automóviles eléctricos asequibles para la población en general.
Por ello, la estrategia era fabricar, en primer lugar, modelos de lujo y luego utilizar las ganancias para financiar un "automóvil familiar de bajo costo".
La última vez que Musk se refirió a esto fue en enero, cuando dijo a los inversores que Tesla planeaba comenzar la producción del modelo asequible en su fábrica de Texas en la segunda mitad de 2025.
Sin embargo, lejos de ser oficial, la noticia estaría relacionada con la feroz competencia que Tesla enfrenta a nivel mundial por parte de los fabricantes chinos de automóviles eléctricos que inundan el mercado con precios tan bajos como US$ 10.000.
El modelo actual más barato de Tesla, el sedán Modelo 3, se vende por unos US$ 39.000, mientras que se esperaba que el ahora desaparecido vehículo básico, a veces descrito como Modelo 2, tuviera un precio inicial de unos US$ 25.000.
Ante el cambio de estrategia, ahora Tesla apostaría de lleno por el desarrollo de sus robotaxis sin conductor, pero en volúmenes mucho menores que los proyectados para el Modelo 2.
En 2020, Musk dijo que Tesla aspiraba a vender 20 millones de vehículos para 2030, el doble de lo que vende hoy el mayor fabricante de automóviles del mundo, Toyota.
