Las relaciones entre Brasil y China se han deteriorado visiblemente durante la presidencia de Jair Bolsonaro. Sin embargo, esto podría cambiar si Lula da Silva es electo presidente en los comicios de octubre.
Aunque Lula todavía no ha formalizado su candidatura, Celso Amorim, ex canciller del líder del PT, dijo que sin dudas el ex mandatario buscaría acercarse al gigante asiático, aunque no buscaría una relación preferencial con China más allá de sus buenos lazos con Estados Unidos, la Unión Europea y los vecinos latinoamericanos.
En este sentido, Amorim dijo que la política exterior brasileña sería "pragmática y no ideológica", ya que “no se puede ignorar el hecho de que China es la economía de más rápido crecimiento y será la economía más grande del mundo para fines de la década".
Actualmente, China es el principal socio comercial de Brasil: el 32,4% de sus exportaciones van hacia el país asiático, mientras que 22,1% de sus importaciones provienen de allí.
Respecto a la estrategia de Bolsonaro de confrontar con China, Amorim dijo que estos roces provocaron retrasos en la obtención de equipos de salud e ingredientes activos para vacunas con el fin de combatir la pandemia de COVID-19.
Además, destacó que las posibilidades de cooperación son enormes, ya que China se ha convertido en una de las mayores fuentes de inversión del mundo y Brasil es el principal destino de la inversión china en América Latina.
