Lunes de protestas en toda Europa debido a los altos precios de la energía, un aumento más amplio en los costos de vida y una controvertida reforma jubilatoria en Francia.
En Alemania, los aeropuertos y las estaciones de autobús y tren estaban paralizados, lo que les generó problemas a millones de personas al comienzo de la semana laboral durante una de las huelgas más grandes en décadas.
Mientras que la inflación interanual llegó al 9,3% en febrero, los trabajadores exigen un aumento salarial de al menos 10,5%, lo que supondría un incremento de uno 500 euros al mes.
Sin embargo, los empleadores han ofrecido un 5% más de salarios durante un período de 27 meses y un pago único de 2.500 euros, propuestas que los sindicatos consideran inaceptables.
Por otra parte, en Francia, tras la confirmación del presidente, Emmanuel Macron, de que seguiría adelante con su reforma jubilatoria, las protestas continúan al alza.
Una de las más llamativas se dio en el famoso Museo del Louvre en París, en donde manifestantes pacíficos bloquearon la entrada de los turistas extranjeros.
Para este martes, las autoridades esperan que entre 650.000 y 900.000 manifestantes salgan a las calles y los principales sindicatos dijeron que solo rebajarán las tensiones si el gobierno retira su reforma de pensiones, aprobada por decreto, que sube la edad de jubilación de los 62 hasta los 64 años.
Mientras tanto, al otro lado del canal de la Mancha, las cosas tampoco están encaminadas: el gobierno británico está involucrado en disputas salariales con varios sectores, ya que los trabajadores exigen salarios más altos para mantener el ritmo de la creciente inflación, que en febrero alcanzó el 10,4% interanual.
A las frecuentes huelgas en escuelas, ferrocarriles y hospitales, este lunes se sumó el personal de seguridad del aeropuerto de Londres Heathrow, que votó a favor de una huelga de 10 días.
Además, más de 3.000 funcionarios británicos en cuatro departamentos gubernamentales harán huelga a partir del 11 de abril.
