Para la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, no hay señales de que la economía estadounidense esté entrando en una desaceleración, pero advirtió que, si el Congreso no aprueba una legislación para mantener al gobierno en funcionamiento, se corre el riesgo de frenar el impulso de la economía.
"No veo ninguna señal de que la economía esté en riesgo de sufrir una desaceleración", dijo Yellen a CNBC, señalando que el mercado laboral estadounidense también se mantuvo fuerte y la inflación estaba bajando.
Sin embargo, también reconoció que el mercado laboral se mantuvo fuerte, pero "no estaba tan caliente como antes", lo cual era importante dado el objetivo de reducir la inflación nuevamente al 2%.
Además, se refirió a las actuales negociaciones en el Capitolio, donde se está debatiendo la financiación del gobierno federal: "No hay absolutamente ninguna razón para un cierre. Crear una situación que podría causar una pérdida de impulso es algo que no necesitamos como riesgo en este momento".
Por otra parte, Yellen dijo que era prematuro evaluar el impacto de una huelga del United Auto Workers contra los tres fabricantes de automóviles de Detroit, una de las acciones laborales industriales estadounidenses más ambiciosas en décadas, y señaló que dependería de cuánto dure y quién se vea afectado.
En este sentido, subrayó el compromiso del presidente Joe Biden con la negociación colectiva y con garantizar que los trabajadores "también salgan adelante", ya que a la industria le ha ido bien.
Yellen también se refirió a las subidas de las tasas de interés de la Fed para frenar la elevada inflación y consideró que habían comenzado a impactar en el mercado inmobiliario, pero que el gasto de los consumidores seguía siendo "bastante sólido".
Por último, reconoció que la administración Biden estaba siguiendo de cerca los precios de la gasolina después de los recientes aumentos y que el presidente estaba comprometido a garantizar que los precios siguieran siendo asequibles para los estadounidenses.
